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al 2009 (Cárdenas et al., s. f.), 1,0 % en el 2012 (Cár-
denas et al., 2015) y en este estudio a 0,6 %. Posi-
blemente los organoclorados han sido reemplaza-
dos por otro grupo como los compuestos clorados
(clorinados), donde su uso aumentó 6,6 %, 7,6 %,
8,9 %, 8,9 % y 9,9 % durante el periodo del reporte
de información al programa VEO (Cárdenas, Silva &
Morales, 2005); (Cárdenas et al., 2015, s.f., 2010).
Aunque es muy favorable la disminución del uso de
organoclorados desde el punto de vista de impacto
al medio ambiente y a la salud, hay que considerar
que el alto contenido de cloro en la estructura quími-
ca; estos compuestos clorinados podrían clasificarse
como plaguicidas de alto riesgo.
Algunos de los plaguicidas más reportados en este
estudio hacen parte de los plaguicidas peligrosos so-
metidos a procedimiento de consentimiento funda-
mentado previo listados en el anexo III del Convenio
de Rotterdam (Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 2011),
entre los principales productos podemos mencionar
el monocrotofos, paratión, metamidofos, metilpara-
tión, carbofurano, endosulfán, aldrín, dicloro difenil
tricloroetano (DDT) y alaclor.
El grupo químico del ácido fosfónico, con su princi-
pal representante el glifosato, mostró un incremento
significativo pasando del 2,3 % en el periodo 1998 a
2001 (Cárdenas, Silva & Morales, 2005), al 7,8 % en el
periodo 2002 a 2005 (Cárdenas et al., 2010). Mientras
que el periodo 2006 a 2009 estuvo en 11,4 % (Cárde-
nas et al., s.f. ) y disminuyó al 9,9 % en el 2012 (Cárde-
nas et al., 2015) y en este estudio a 10,2 % . Este incre-
mento podría ser explicado por su uso como herbicida
en numerosos cultivos reportados a nivel nacional.
Con respecto a la categoría toxicológica, la OMS ha
recomendado un esquema de clasificación para cada
plaguicida según su toxicidad aguda:
• Ia Extremadamente peligrosos
• Ib Altamente peligrosos
• II Moderadamente peligrosos
• III Ligeramente peligrosos
En el presente informe se observó que la mayoría de
los plaguicidas utilizados son moderadamente peli-
grosos (categoría toxicológica II) con 48,2 %, según
la clasificación dada por la OMS (Chemicals, 2010).
Al comparar con estudios anteriores de reportes al
Programa de Vigilancia de Plaguicidas, se observa un
aumento en su reporte pasando del 25,8 % (Cárde-
nas, Silva & Morales, 2005) al 30,2 % (Cárdenas et
al., 2010), con un aumento significativo en el 2006
al 2009 pasando al 47,4 % y 47,6 % durante el 2012,
respectivamente (Cárdenas et al., 2015). Paralela-
mente se observan diferencias en cuanto al uso de
plaguicidas extremadamente tóxicos (categoría toxi-
cológica I) pasando de 45,8 %, a 35,2 %, extremada-
mente tóxicos, a 1,9 % en el periodo 2006 a 2009,
bajó a 1,8 % en el reporte del 2012 (Cárdenas et al.,
2015); (Cárdenas et al., 2010) y, finalmente, en el pre-
sente estudio a 0,6 % . Estos resultados demuestran
que en nuestro país se están utilizando plaguicidas
de menor categoría toxicológica y que posiblemente
se han implementado alternativas diferentes a estos
compuestos sintéticos para el manejo de plagas en
las áreas agrícolas y para el control de vectores de
enfermedades.
Así mismo es importante tener en cuenta que se ob-
servan diferencias entre el uso de plaguicidas cate-
goría toxicológica Ia (extremadamente peligrosos) y
Ib (altamente peligroso) y lo reportado en estudios
anteriores donde el uso disminuyó significativamen-
te como se describió previamente. Diferencias que
podrían ser explicadas por la capacitación ofrecida
en cada uno de los departamentos en el marco de la
inspección, vigilancia y control y por el uso de com-
puestos químicos de menor toxicidad.
Sin embargo, la mayoría de los plaguicidas reporta-
dos en este estudio se encuentran en la categoría to-
xicológica II, moderadamente y altamente peligrosos
Agua, salud y medio ambiente