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La escala de trabajo permitió delimitar zonas con alta
potencialidad de recarga en las provincias hidrogeo-
lógicas: Guajira, Cesar−Ranchería, Sinú San Jacinto,
Urabá, Cauca−Patía, Catatumbo, cordillera Oriental,
Llanos Orientales, Vaupés−Amazonas y el valle Alto
del Magdalena, esto incluye los departamentos del
Valle del Cauca, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila,
Cundinamarca, Boyacá, Arauca, Casanare, Meta,
Guaviare, Vichada, Cesar, Córdoba, Sucre, Guajira,
Atlántico, Norte de Santander (Ideam, 2015).
Zonas de recarga reconocidas que no alcanzan a
identificarse a la escala de trabajo se encuentran en
la sabana de Bogotá, Antioquia, Boyacá, valle Medio
del Magdalena, entre otras. Esta es la razón por la
cual las zonas potenciales de recarga identificadas
son meramente indicativas y a nivel nacional; a medi-
da que se aumente la escala de trabajo, se encontra-
ran áreas de recarga al próximo nivel regional.
Moderada potencialidad de recarga
Las zonas con potencialidad moderada de recarga
están asociadas a pendientes levemente inclinadas,
coberturas de vegetación de cultivos y áreas hete-
rogéneas, intercalaciones de rocas siliciclásticas de
grano fino a conglomerático, moderadamente selec-
cionadas e inmaduras; depósitos recientes mal se-
leccionados y rocas de origen calcáreo.
Estas se encuentran distribuidas principalmente en
área del piedemonte de la provincia hidrogeológica
Caguán−Putumayo, en los departamentos de Arau-
ca, Casanare y Meta, en la provincia hidrogeológica
de los Llanos Orientales; las provincias de los valles
Inferior y Medio del Magdalena, así como en Tuma-
co, Chocó, Sinú−San Jacinto y La Guajira.
La importancia de estas superficies es que pueden
contener en sí áreas o sectores de menor extensión
con potencialidad de recarga alta, puesto que, se ca-
Estudio Nacional del Agua
2018
lificaron las predominancias de los diferentes atribu-
tos. El estudio detallado para las zonas con potencial
moderada es importante.
Baja potencialidad de recarga
En estas zonas encontramos pendientes muy inclina-
das (entre 18 o y 40 o ), en las cuales es difícil que el agua
se infiltre (a no ser que estén fracturadas), suelos con
texturas arcillosas principalmente y cobertura de
vegetación de pastos cultivados con vocación gana-
dera (con su estructura afectada por sobrepastoreo
y compactación que, reduce proceso de infiltración).
Así mismo, desde el punto de vista de la geología es-
tructural, hay una baja densidad de fracturamiento y
la litología se caracteriza por estar conformada por
rocas siliciclásticas, predominantemente de grano
fino a muy fino, de mala selección y redondez, com-
pactadas y cementadas, tipo arcillolitas y limolitas;
así como calizas lodosas, detríticas y arrecifales. Es-
tas zonas se identificaron en mayor extensión en las
provincias hidrogeológicas de los Llanos Orientales,
Vaupés−Amazonas, Caguán−Putumayo, cordillera
Oriental, Urabá y valle Bajo del Magdalena.
Muy baja potencialidad de recarga
En estas zonas encontramos superficies caracteri-
zadas por una pendiente subvertical a vertical (en
las cuales es muy difícil que se presente infiltración
aun con alto grado de fracturamiento de las unida-
des geológicas), cobertura correspondiente a áreas
artificializadas (como por ejemplo áreas urbanas) y
suelos de textura muy fina. La litología corresponde
a rocas ígneas intrusivas y metamórficas, cuya es-
tructura cristalina es impermeable, lo que en prin-
cipio impide el almacenamiento o tránsito del agua
percolada proveniente de la superficie. Sin embargo,
estas rocas pueden tener porosidad secundaria por
fracturas interconectadas, debido a los diferentes
sistemas de fallas que afectan estas formaciones. Las