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Se tiene como punto de partida el reporte dado
en el ENA 2014, en el cual se identificaron 50 492
puntos de agua reportados en el periodo com-
prendido entre 1995 y 2014, por las autoridades
ambientales, estudios regionales y locales e infor-
mación del SIRH (datos reportados a agosto de
2014) (Ideam, 2015).
Con toda la información recopilada, se realizó
una depuración y posterior procesamiento que
permitió integrar, representar y compatibilizar la
información y los datos geoespaciales a partir de
mapas y estadísticas.
Se cuenta con información del inventario de puntos
de agua por las autoridades ambientales, la cual se
presenta con un reporte del número total de puntos
que a la fecha se encuentran inventariados y un re-
porte general con información adicional, como loca-
lización, características de la captación, entre otros,
para aquellos puntos donde fue posible contar con
dicha información.
4.3 Resultados
A continuación, se presentan los resultados de los
componentes ilustrados anteriormente para conso-
lidar el capítulo de Aguas Subterráneas.
4.3.1 Zonas potenciales de
recarga de aguas subterráneas
La delimitación de las áreas de recarga se presenta
en el Mapa nacional de zonas potenciales de recarga
(MZPR), el cual se puede apreciar en la Figura 62.
Tal como se ilustra en el mapa, al combinar las varia-
bles ya explicadas en los diferentes escenarios de
calificación posibles con la ayuda de matrices com-
putadas, cruce con ejercicios regionales ya validados
y conocimiento experto aplicados en un sistema de
información geográfico, la potencialidad de recarga
dio como resultado las siguientes zonas:
Alta potencialidad de recarga
Estas zonas poseen una pendiente horizontal leve-
mente inclinada que favorece la infiltración del agua;
su vegetación es de bosque y áreas seminaturales,
Estudio Nacional del Agua
2018
las cuales cumplen una función de proteger y mejo-
rar la estructura del suelo, además de crear canales
con las raíces y favorecer la acción de organismos
para que el agua se infiltre; los suelos presentan
texturas arenosa, arenoso franco y franco arenoso.
Estas zonas están asociadas a litologías propias de
ambientes sedimentarios siliciclásticos con granos
tamaño arena o grava poco cementadas o no consoli-
dadas de buena selección y redondez. En ambientes
carbonatados corresponden a calizas de ambientes
cárstico o rocas altamente fracturadas.
Estas zonas se encontraron, generalmente, en geo-
morfologías asociadas a áreas de valles que confor-
man grandes ríos hasta áreas de piedemonte; depó-
sitos y llanuras aluviales, abanicos y dunas de edad
reciente, y ambientes estructurales denudativos de
edad terciaria y cretácica. Ejemplos de estas geo-
formas corresponden al área del piedemonte de la
cordillera Oriental a la altura de Yopal y Villavicen-
cio, el piedemonte y valles aluviales de la cordillera
Occidental en la cuenca Cauca−Patía, los abanicos
en la cordillera Central hacia el área de Ibagué, las
terrazas aluviales de la cuenca Vaupés–Amazonas y
las dunas en La Guajira.