Mi primera publicacion ENA_2018 | Page 132

132 D esde el Estudio Nacional del Agua 2010, el Ideam viene presentando una visión de los re- cursos de agua subterránea en el país, mediante el análisis de un conjunto de datos, estadísticas e indi- cadores. Esta versión del ENA 2018 continúa con la misma línea y presenta por primera vez a nivel nacio- nal la identificación de zonas potenciales de recarga de aguas subterráneas, las cuales se presentan en el pri- mer Mapa Nacional de Zonas Potenciales de Recarga que, de manera indicativa, contribuye con su identifi- cación al mandato de la protección de las zonas de re- carga de acuerdo con la Ley 99 (MinAmbiente, 1993). Así mismo, en este estudio se complementa la in- formación de algunos de los sistemas acuíferos ya identificados, además de reportar nuevos sistemas acuíferos, utilizando estudios de regionales y locales actualizados a la fecha. De igual forma, se consolidó una nueva base de da- tos relacionada con el inventario de puntos de agua subterránea que considera la información reportada en el ENA 2014 y nueva información que ha sido re- copilada de inventarios regionales y locales reporta- da por las autoridades ambientales e instituciones nacionales competentes. Finalmente, se presentan los hitos principales de la evolución del conocimiento hidrogeológico en Co- lombia durante el periodo 2010−2018. 4.1 Aspectos conceptuales El agua subterránea como parte del ciclo hidrológi- co suele ser desconocida en la evaluación y gestión del agua y los recursos hídricos, aunque su conoci- miento debe ser abordado para poder entender su origen, funcionamiento, relación con otras fuentes y la importancia que tiene para el hombre como fuente de abastecimiento. La disponibilidad del agua subterránea está determi- nada por la recarga de los acuíferos, la cual depende principalmente del agua lluvia precipitada y del cami- no que esta recorre en el dominio litosférico. En este sentido, cuando el vapor de agua se condensa en la atmósfera y se precipita, una parte no alcanza la su- perficie de la tierra, volviéndose a evaporar; en tanto que la otra parte es retenida por la vegetación o por la superficie del suelo. Una fracción del agua inter- ceptada por el suelo escurre por el mismo en forma de escorrentía, mientras que la otra penetra a través de los poros y fisuras de las rocas hacia el subsuelo. Estudio Nacional del Agua 2018 Este proceso se conoce como infiltración y depende de la interacción de una serie de factores que deter- minan que la cantidad de agua infiltrada pueda variar ampliamente de unas regiones a otras (UCM, 2018). Una vez el agua se infiltra, alcanza la zona no saturada donde cierto volumen es retenido por los poros o es- pacios vacíos, y desde allí puede volver a la atmósfera por evaporación o ser usada por las plantas y retor- nada hacia la atmósfera a través de la transpiración (Figura 59). El agua que no es retornada a la atmós- fera por evapotranspiración se mueve verticalmente hacia abajo y, cuando alcanza la zona saturada por percolación, alimenta los acuíferos subterráneos. Los acuíferos son unidades de roca o sedimentos compuestos de material permeable, capaces de al- macenar y transmitir cierta cantidad de agua. Consi- derando su comportamiento hidráulico, así como su posición estructural, se pueden clasificar en acuíferos