Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 68

que contaban con una jerga específica, esta funcionaba como un factor diferenciador del grupo, afirmando su singularidad hacia la comunidad y haciéndolos sentirse seguros dentro de aquel. La jerga actuaba como un claro señal identitario y su empleo era vehículo idóneo para fortalecer la cohesión y conciencia grupal. En otro nivel, servía para transmitir unos saberes particulares, desconocidos para el resto de la sociedad. Una transferencia restringida de los contenidos del oficio a través del aprendizaje y la iniciación y una forma de comunicación interna, de relaciones interpersonales, que blindaba frente al exterior los conocimientos especializados de la tarea y afirmaba los intereses que ligaban a sus miembros (garcía martínez, 16). USOS Y APLICACIONES DE LA CESTERÍA Resulta complejo hacer una clasificación de la cestería gallega: la varie- dad de técnicas y materiales y la diversidad de formas y tamaños no nos permiten determinar una tipología que defina modelos con características comunes. Existe también una enorme diversidad en los nombres que los cestos y cestas reciben: banastra, canastra, carabelo, goxa y goxo, mego, muñico, paxe y paxeta, peselo y pesela son algunos de los más de 30 nom- bres, con sus variantes, que recoge el diccionario de la rag. Salvo excepcio- nes, como la patela o el coleiro, la mayor parte de los nombres no se corres- ponden con tipos definidos de cestas, ni en la forma ni en el tamaño, ni en el material ni la técnica. El propio diccionario advierte que la designación en masculino o femenino depende de las zonas y lugares, y lo que en un sitio se llama cesto en otro puede ser cesta y viceversa. Tampoco podemos establecer una distribución geográfica, pues todas las técnicas han convivido en prácticamente todo el territorio gallego. Aun así, observamos que en algunas localidades y comarcas predominaba una técnica sobre las demás: por ejemplo, Mondariz y O Valadouro destaca- ban por su cestería de vergas, mientras que O Barbanza y Viveiro lo hacían por la de varas y Val do Dubra y Terra de Melide por la cestería mixta. La forma más sencilla de clasificar los diferentes tipos de cestas es por su uso genérico: en la agricultura, en la pesca, en el ámbito doméstico Salvo en el caso de los cesteros ambulantes de Mondariz, en el que no está documentada la participación femenina, las labores de cestería eran realiza- das tanto por mujeres como por hombres, especialmente si hablamos de la elaboración de cestos de corres y de paja. Y, en tanto que en la cestería de vergas encontramos una mayor presencia masculina, eran mayoritariamente las mujeres eran las que confeccionaban sombreros y corozas. En los pueblos y ciudades la especialización de los oficios era mayor, y la cestería pasó a convertirse en una artesanía familiar con plena dedicación y con un taller estable donde se elaboraba y vendía la mercancía.