Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 524

• • • • • • • • • • • • • de barro: uno más plástico y de mayor calidad, que daba como resultado un tono pardo para loza más ordinaria, y otro amarillento o blanco, para loza fina. La cerámica vidriada de Buño, muy compleja en la variedad de bordes, es rica en motivos decorati- vos. La primera decoración incisa da paso a la de cintas o listas con juegos bicromáticos. Los motivos abundan en formas geométricas: ondas, quebra- dos, círculos concéntricos, pequeños segmentos y círculos, punteados. También, más recientemente, son habituales las flores, los peces y los gallos. La aplicación de la decoración con cintas la hacían las mujeres. En Buño no se fabricaron una gran cantidad de vasijas, quizás por la abundancia de agua y menor necesidad de almacenamiento y, además de las formas tradicionales, piezas como el jarro trampa o el botijo de rosca son ejemplos de la inventiva y creatividad de unas décadas atrás. Cacheleiro. Fuente de barro para escurrir las patatas en forma de cachelos (cocidas sin mondar) o también la caldeirada de pescado. Cántara. Recipiente de barro utilizado exclusiva- mente para almacenar el vino. Cántaro. Recipiente de barro que puede utilizarse para el vino y para el agua. Si es cántaro de medida, se utiliza principalmente para el vino, pero también para transportar agua u otros líquidos. Pueden ser de 4 tamaños: 4, 8, 12 y 18 litros. Cazolo. Recipiente de cocina para llevar el almuerzo al campo, a los jornaleros. Hay alguno específico como el cazolo de Niñodaguía para llevar las sopas de pan a los jornaleros. Cazolo do pingo. Recipiente de barro para almace- nar la grasa de la matanza. Cazola. Para llevar la comida o como almacena- miento en general. En Buño son anteriores a las tarteras y se usaban para calentar leche o hervir agua. Cerámica. La cerámica abarca un amplio abanico de técnicas o materiales que, básicamente, define el trabajo con el barro o arcilla para elaborar recipien- tes. En este proceso resulta fundamental el calor, es decir, el cocido en horno a alta temperatura. El barro, la loza y la porcelana también se incluyen dentro de esta definición. Se refiere tanto a la técnica como a los objetos producidos en los distin- tos materiales cerámicos. «Cerámica refractaria» es la resistente a elevadas temperaturas con contenido de óxidos metálicos, y los materiales producidos en ese horneado mantienen sus propiedades químicas, sin experimentar alteraciones. Engobe. Pasta cerámica resultante de mezclar el barro con agua y normalmente silicato sódico. Escudilla, cunquelo y cuenco. Recipientes de barro pequeños típicos de Buño para comer el caldo y las papas de maíz y para beber vino. • está directamente influida por Buño, concreta- mente el encintado con barro blanco, flores o puntos aplicados con pluma u otros utensilios. Los recipientes de Betanzos se despojan poco a poco de decoración para incluir incisiones, cintas de barro blanco o molduras. Utilizaban el vidriado con galena previamente preparado gracias a un engobe de barro blanco. Además de los habitua- les recipientes cerámicos, son características las macetas y floreros. Bonxe. En la comarca de la Terra Chá surgen varios centros alfareros, entre ellos Bonxe. Los llamados cacharreros de Bonxe tenían su taller en casa, como es habitual, dotada normalmente de un horno exte- rior. Los artesanos procuraban extraer el barro de los terrenos, especialmente en los meses de verano. El torno se situaba en la cocina para después secar el barro. Los recipientes de Bonxe tienen un espe- cial cuidado con los motivos y las decoraciones: los bordes y las tipologías de asas: plana, caleada, doble o torneada, así como la decoración en engobe blanco. Los motivos decorativos con flores o cruces eran las piezas más ricas o delicadas. Habituales son también las cintas y rayas de pintura blanca y los cordones para reforzar las grandes vasijas. Botijo de rosca. Pieza típica y singular de la alfa- rería de Buño que recibe también los nombres de botijo del gallo, botijo de timón o botijo de rueda o perrón de rosca. Es una pieza de lectura simbólica: el círculo exterior representa la rueda del torno; el interior, el timón de un barco, y el gallo representa la vida del campo, es decir, recuerda la alfarería, el mar y la tierra. El botijo de rosca es la evidencia de la habilidad del alfarero y la manifestación del dominio del barro. Buguina. Instrumento cónico de barro que suena como una trompeta, habitual en Buño. Buleiro. Recipiente de barro ancho y corto con tapa, que realmente funciona como horno para preparar la bolla de maíz. Buño. Este pequeño núcleo, muy cercano a Malpica de Bergantiños, fue el centro alfarero más desa- rrollado de Galicia. La riqueza arcillosa del suelo y su situación cerca del mar y de los itinerarios comerciales favorecieron esa preindustria, que ya se atestigua desde el siglo xvi. Incluso en el siglo xvii fueron los alfareros de Buño los encargados de fabricar 1.400 caños vidriados para la conducción del agua del alcantarillado público de A Coruña para reponer los ya instalados en el siglo xvi (recogido en una Cédula Real del año 1679, Arquivo Histórico Municipal da Coruña). En las primeras décadas del siglo xx había más de 120 alfareros en Buño. El barro se extraía del coto de los Barreiros y en la primera cerámica fue característica la mezcla de los barros. Finalmente, se distinguían dos clases