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TRES ARTESANÍAS QUE HACEN HISTORIA
LA CESTERÍA
La esencialidad de la cestería se liga directamente a la materia prima y a
la manera de realizarla: está conformada por la madera, se extrae direc-
tamente del medio, para cortarla, prepararla y después trenzarla con las
manos; es la más inmediata de todas las artesanías, apenas transformada
por los avances tecnológicos. La mano del artesano entrelaza la madera,
pero también concibe el diseño de objetos útiles, que lógicamente adapta a
los recursos y necesidades locales o comarcales. Los motivos decorativos,
incluso compartidos con la cerámica en los rebordes, son sencillos, y los
usos, desde la prehistoria hasta casi la actualidad, están ligados a los traba-
jos del sector primario y a los oficios, en tanto que contenedores y trans-
porte de productos. Esta artesanía de lo modesto, pero de honda huella
popular, configura el inicio del recorrido, que va de una sencillez de formas y
de decoraciones a una mayor complejidad decorativa y formal.
La cestería es una artesanía casi desaparecida en el contexto
general pre y protohistórico; en el caso gallego, por las condiciones edafo-
lógicas, no se han conservado apenas restos arqueológicos. Estudios como
los de Benigna Kuoni sobre la cestería hispánica apuntan a que es una de
las técnicas artesanales más antiguas4, previa a la aparición del fuego.
Así, «a través del tejido de cestería, se crean, por primera vez, superficies
estructuradas y coherentes mediante los ritmos del tejido»5. Las referen-
cias hispánicas y europeas a la cestería aparecen escasamente en piezas
arqueológicas, pero en los escasos restos conservados podemos reconocer
Verónica
de madera laminada, sobre todo de castaño)— o de mimbre tiene que ver
precisamente con los recursos del medio. En este sentido, son de destacar
tierras especialmente vinculadas a la cestería como la comarca de Mondariz,
en la que se desarrolló una importante tradición cestera, incluso con dialecto
propio de los artesanos de la zona, como ocurría con otros oficios.
La incursión en la sección tradicional se inicia con la cestería
como la artesanía más directamente relacionada con la naturaleza; el
mundo vegetal convertido en objeto utilitario (patelas de mar, culeiros de la
vendimia, cestos de los oficios…); la artesanía más esencial e inmediata. A
continuación, se dispone la cerámica, en la que la mano se une a los medios
técnicos (el torno, el horno, el vidriado), y sus tipos (olas de medida, cántaros
y cántaras, ámboas, pucheiras, cazolos y cazolas para la cocina, barreñones
y barreñonas, meleras, asadores de castañas, pucheiros para el pingo o
grasa…) realizados en Portomourisco, Gundivós, Bonxe, Samos, Niñodaguía
o Buño… La cerámica de la muestra mantiene, casi en su totalidad, una
función utilitaria, aunque en algunos casos se muestran piezas que tienen
que ver con usos rituales, votivos o decorativos. La evidente relación de la
joyería con el adorno, con la devoción o la trascendencia, así como con una
factura muy minuciosa, conduce a que el recorrido expositivo por la tradi-
ción finalice por el detallismo de esta especialidad.