Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 294

1 renfrew, c.: «Varna and the social context of early metallurgy», en la revista Antiquity, p. 197 y sigs. 1978. 2 cruz, a.: Historia breve dos ourives e da ourivería do norte de Portugal, arppa/a.i.o.r.n. Porto. 1984. 3 gallego domínguez, o.: Plata labrada que en 1601 había en Ourense, bmapo, Tomo V, 1949, páx. 93. 4 perez costanti, p.: Diccionario de artistas que florecieron en Galicia en los siglos xvi y xvii. x de g., Ed. facsímil. 1988. 5 No olvidemos que, técnicamente, las piezas doradas no podían volver al fuego de nuevo porque perdían el dorado con el calor, y esta era una necesidad ineludible para poder ajustar su medida. 6 «... dos mediados do século xvii até o século xviii os ourives joalheiros... comenzan a fabricar peças inteiramente cobertas de pedrería lapidada... sendo precisamente deste período os traballos de ouro co diamantes ... ‘Laças’, algunhas delas completadas con colares, brincos, cruzes e pingentes. Da mesma forma e no mesmo estilo se ornamentan as insignias das Ordes Militares». rosas junior, j.: Joias Portuguesas, as Laças de Ouro. Imprensa Moderna, Ltd. Oporto 1942. 7 Es interesante la descripción de las formas de uso de estas laças para poder emparentarlas con nuestros sapos posteriores : «... Assim se faziam essas laças, dun perfeito equilibrio e concepção, en varios tamaños e formatos, con que cun grosso cordão de ouro ou fita negra, as mulheres ornavan o peito. Habia laças... completadas ainda con brincos a dicer. As primeiras usavanas as masculina y femenina en forma de botón, gemelos, cuentas decorativas, y también en múltiples amuletos e insignias de órdenes. En ese extraordinario elenco de obras religiosas antes citadas, estudiadas por múltiples autores como Filgueira, Ferrandis o Gilman Proske, se abre un espacio para el cono- cimiento del azabache en piezas menores, mezclado ya con la orfebrería sun- tuaria y tradicional al combinarse con plata y, en menor medida, oro. Entre ellas estarán los emblemas o signaculum, recordatorios y acreditativos de la peregrinación. Eran unas pequeñas vieiras y medallas del Apóstol, enmar- cadas en plata a manera de colgante, que daban aval al peregrino de haber coronado con éxito su penitencia. A estos objetos que formaban parte ya inseparable del adorno del cuerpo, deberemos sumar un amuleto extraordinariamente popular en los periodos históricos desde hace mucho tiempo: la figa o fig-hand es la repre- sentación de una mano cerrada como un puño con su dedo pulgar asomando la yema entre índice y corazón. Este tradicional amuleto contra el mal de ojo tendrá asociadas en el azabache múltiples fantasías decorativas, como vieiras o lunas crecientes que liberarán la imaginación del artista. Merecería esta elaboración de las joyas con azabache un trata- miento más amplio, semejante al dedicado a las piezas litúrgicas y devo- cionales que tanto predicamento han tenido en el mundo compostelano. La importancia que en el último siglo alcanzó el gremio de azabacheros en Compostela, ya instalados en la orfebrería suntuaria, que se extiende hasta nuestros días, nos obliga a considerar este discurrir que la cultura del azaba- che hace desde la tradición religiosa hacia la orfebrería civil: serán los colla- res, los colgantes, las medallas, las vieiras, las figas… que comienzan a combi- nar con la plata sus diseños. Así entenderemos mejor las derivas de un oficio que se instaló en Galicia formando argumento angular de sus creencias.