Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 26

Verónica John Ruskin1 y a su defensa a ultranza de los oficios artesanales ante el gigante industrial que estaba por llegar a mediados del siglo xix. Este planteamiento nos acerca a la propia valoración del artesano como oficial o maestro necesario para la sociedad y que mantiene una indisoluble relación con el contexto, con la materia y con la experiencia vital. Históricamente el gremio o taller forman parte del ser artesano; en muchos casos es la extensión física del hogar, tal como lo asimilamos en esta ideología romántica, aunque no exenta del peso patriarcal y moralista. No obstante, la trasposición que realiza el proyecto de Izaskun Chinchilla de los conceptos ruskinianos al pensamiento contemporáneo se explica por el hecho de que va más allá de la moral decimonónica para señalar, más que una ética del trabajo, un renovado modo de entender la artesanía en el que el artesano/a actual busca una relación de equilibrio con el medio y sus recursos. En ese ideal nuevo orden artesanal establecido aquí se desdibujan las fronteras entre la artesanía y la creación. Se mantienen los ecos de ese resquicio romántico que liga lo artesanal con un sentimiento positivista, entendido como una bondad para la colectividad, también motivado por esa idea de conservación y recuperación de algo que ya hemos perdido en el tiempo, o que en cierto modo estamos a punto de perder definitivamente —ciertos oficios o técnicas artesanales— y que es necesario preservar para las generaciones venideras. Así, las siete lámparas identificadas por Ruskin como sacrificio, verdad, poder, belleza, vida, memoria y obediencia se convierten, bajo la óptica de la arquitecta, en sostenibilidad, transparencia, equidad, cultura, ecología, identidad e innovación. La consciente idealización de estos térmi- nos está en sintonía con lo propuesto al equipo de diseño, que pretende un espacio realizado con materiales artesanales locales en gran medida, o la utilización de otros que contemplen varias vidas, pasadas o futuras, creando además una red de colaboración con artesanos y empresas locales, que tienen una participación activa en la propuesta espacial. Parte de la teoría de Ruskin entronca con el trabajo que reali- zan muchos de los artesanos y artesanas presentes en la muestra. Para la realización de las lámparas, contamos con la aportación de unas 40 cestas trenzadas a mano por Enrique Táboas, uno de los últimos cesteros que trabajan exclusivamente en tiras de madera. Estas cestas se conciben, por parte de la diseñadora, como componentes flexibles que funcionan a modo de expositores, bancos/asientos, o elementos integrantes de una cúpula. Táboas imprime a estas cestas su saber artesano, impregnadas de esa trayectoria de vida y oficio, recorriendo el bosque durante años para conocer las posibilidades de la materia prima, especialmente el castaño de la zona y sus variedades. El bosque forma parte de manera casi inmediata de sus tiras trenzadas que ven la forma en estas amplias cestas. La utilización de los platos de Buño del alfarero O Rulo en otra de las lámparas nos muestra esa figura puente entre el viejo y el nuevo artesano, el recogedor de una tradición que introduce novedades, con