Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 156

y presenten piezas: José Díaz Alvarez, O zorro, de Gundivós, y Antonio Fernandez Dopazo, de Loñoá das Olas; este último volverá al torno después de 40 años. En una entrevista en el Ideal Gallego dirá: Deixei de traballar o 20 de xulio do 36… […] Foi unha impresión moi forte cando ouvín o meu nome no televexo. Non polos cartos, que non me sobran, senón por dar nome a miña aldea, Lañoá das Olas (Ourense), na que casi todos os veciños eran oleiros. Agora xa non queda ningún*.20 Gundivós será un ejemplo de la reactivación del oficio; el último taller había cerrado en 1968 y, tras el concurso, en la década de los 80, se contabiliza- ban 5 alfareros: un oleiro y una oleira retornados de la emigración, que vuel- ven a la roda en vista del interés de la gente por los cacharros, y 3 artesanos más que aprenden el oficio alcanzada la edad de 60 años. Un jurado especializado seleccionó las piezas premiadas en las tres categorías establecidas: formas tradicionales, formas artísticas y revi- talización de los centros cerámicos abandonados21. El conjunto de piezas de los 33 talleres que formaron parte de la muestra pasaron a integrar una de las primeras salas del recién creado Museo do Pobo Galego: «Será * n. t.: Dejé de trabajar el 20 de julio del 36 […]. Fue una impresión muy fuerte cuando oí mi nom- bre en la televisión. No por el dinero, que no me sobra, sino por dar nombre a mi aldea, Lañoá das Olas (Ourense), en la que casi todos los vecinos eran oleiros. Ahora ya no queda ninguno. alfarería [fig. 3] Alfredo García Alén con Aquilino, cacharreiro de Niñodaguia. Alfredo García Alén con Aquilino, cacharreiro de Niñodaguia.