Mi primera publicacion Catálogo de Pensar coas mans | Page 152
[…] vino a la mercancía y pasa lo de siempre en estos meses de
verano, para la próxima hornada le tendré las cosas empaque-
tadas… para el próximo año, que es Año Santo coceremos una
hornada en invierno para no andar después con prisas14.
Esta llegada de turistas y compradores a la puerta del taller favorece el
aumento de las ventas, como indicaba un cacharreiro de Niñodaguia:
«El material que ha encargado aún no está preparado, motivo a
que anduvimos muy apurados por unos clientes y en este tiempo
se trabaja muy poco, pues no deja el invierno»15.
El turismo va a ser un factor decisivo y un desencadenante del impulso en
las ventas de alfarería, así como la moda de la decoración de los salones
burgueses con piezas de barro y la construcción de segundas viviendas, que
se decorarán con ambientación rural16. Todo ello producirá un acercamiento
a las puertas de los talleres de una sociedad ávida de consumir cultura rural.
Y también la emigración será responsable de la aportación de nuevas formas
a modo de souvenir, como es el caso de las zocas, hórreos o cruceiros, piezas
realizadas con molde, que pasarán a formar parte del corpus de los objetos
de barro, incorporándose rápidamente como formas tradicionales, obje-
tos meramente decorativos en un mundo de elementos mayoritariamente
alfarería
adaptaron las técnicas y formas tradicionales a los avances técnicos en los
diferentes procesos productivos con unas mejores condiciones de trabajo
y la elevación del nivel de vida a causa de la creciente demanda: «En la
actualidad, el dedicarse a la alfarería es un negocio rentable, pues el número
de pedidos es grande y el precio de las piezas elevado, pudiendo el alfarero
establecer libremente el precio»12.
Tal como comentamos anteriormente, por aquellos años la artesa-
nía, y en particular la cerámica, comienza a ponerse de moda y ello afecta a
la introducción de nuevas formas, nuevos usos y cambios en los tamaños de
las formas antiguas, además de a la transformación en los modos de venta,
que combinaban el modo tradicional de venta en los mercados, en clara dis-
minución, con un aumento de los revendedores y un incremento de la llegada
de los compradores, sobre todo turistas, a la puerta de los talleres alfareros.
Esta situación queda plasmada en la correspondencia enviada por
alfareros, donde se puede comprobar ese cambio en los modos de venta,
que coincide sobre todo con el turismo estacional, como es el caso de un
cacharreiro de Bonxe que, en el mes de junio de 1974, informa de la llegada
de turistas a la puerta del taller y de la insistencia en comprarle sus piezas:
«…tengo los cacharros preparados… si hace el favor no demore mucho por el
motivo de que llegan los turistas y me comprometen para que se los deje a
ellos13». O el caso de un oleiro de Buño, que en 1975 explica los motivos por
los que ha vendido el encargo realizado: