Mi primera publicacion ANAQUEL.25.DICIEMBRE.2019 | Page 38
ESPECIAL DELIBES
No estoy de acuerdo con esta clase de castigos corporales. Creo que
para poder educar a un niño hace falta una buena comunicación,
aunque a veces un castigo no se puede evitar. Pero jamás de tipo fí-
sico.
Yo no solía hacer trastadas, pero recuerdo una con la que me lleve
el primer castigo de mis padres. Tendría unos ocho años. En mi ca-
sa somos cinco hermanas y yo era un blanco perfecto
para fastidiar. Así que un día, cansada de que
mis hermanas me tiraran de la coleta o me qui-
tasen mis muñecas, nos peleamos y de rabia les
tiré con un estuche, de esos metálicos, con la
mala suerte de que le di a una ventana y la rom-
pí. Además, el estuche de lata cayó a la calle y
encima de una de las vecinas que estaba en el
patio. Fue ahí el momento en que me gané mi
primer castigo de mis padres
Azucena Sánchez
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