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V olumen 55 (2018)
Resuelvo a Vmd el problema, respondiéndole con las mismas palabras del
Escrito de Tarragona, que con predilección nombra Vmd en el citado Periódico.
“La práctica será el mejor maestro en este particular” pág. 39. He visto más
500 granos de Vacuna verdadera, y los 499 me han suministrado el virus en el
punto de seguridad en qüestión, y creo que es más fácil el que un Vacunador
práctico conozca el punto seguro de sacar el virus para reproducir la Vacuna, que
señalar un experimentado cirujano la ocasión de rebentar un flemón.
Siguiendo la naturaleza no puede malograrse esta oportunidad, que no es
precipitada, dando dos o tres días de tiempo para aprovecharse de ella.
Un grano vacuno tiene una existencia o vida particular, cuyos diferentes
estados puede Vmd en la lámina que anda al frente del librito del Señor Piguillem
(*)[Nota pie de pagina: La vacuna en España ] o mejor en el brazo del vacunado,
quando empieza a los 3 ó 4 días después de la inoculación, que es lo regular. El
virus está en sazón para multiplicarse desde el día 9 al 12, rara vez sale antes de
este tiempo, pero si alguna vez se verifica, y la vacuna es verdadera, debe sacarse
el virus 5 días después de la anticipación, y 6 ó 7 en el atraso, desde el punto en
que empieza a distinguirse la vejiguilla o granito. Si sale el 2º o 3º días, puede
cogerse el pus en el 7 ú 8 hasta el día 10 ú 11, si se atrasa, y no sale hasta el 6 ó 7
se coge el 13 ó 14, y así de los demás. En todos estos días de aptitud para extraer
el virus, el grano manifiesta con distinción la depresión en el centro, y la areola
carmelina que empieza a extenderse, que es casi mejor regla que pueda establecer
sen el particular.
Es más fácil sentir que explicar la gustosa sensación que causa un grano
vacuno lleno de virus, y es tan difícil al que ha visto muchos, equivocarse, como
fácil al que nunca ha vacunado, por esto dice el librito de Tarragona, que para
nada se necesita más la observación, que para determinar este tiempo, y el que la
tiene no encuentra contradicciones en los papeles que tratan del asunto.
La reflexión prudencial relativa a apelar al tiempo, y esperar ulteriores even-
tos, que ya insertó en el Diario de Madrid el Señor Mitjavila, no le hará a Vmd
fuerza si lee las Cartas familiares del celoso y erudito Piguillem, donde en la V.
pág. 49 asienta, que tenemos bastante derecho, sin esperar más tiempo, para decir
con seguridad que la Vacuna es preservativo perpetuo de la viruela natural. En
efecto, me parece que en 50 años que transcurrieron desde que tuvieron la Vacuna
los Vaqueros ingleses, a quienes Eduardo Jenner, ese Dios tutelar de la infancia,
reinoculó la viruela natural, para asegurarse de su preservación, es bastante tre-
cho para afirmar sin rebozo dicha proposición, mayormente si a éste se añaden los
muchos exemplos de nuestra España, y su buena acogida en todas partes.
Los demás reparos de Vmd con otros muchos que han inventado los Antiva-
cunistas, han sido previstos mucho tiempo antes por los Médicos más famosos de
Inglaterra y Francia, y se hallan en los libritos que tratan de la Vacuna respuestas