Mi manual del bebé, quinta edición octubre 2013 | Page 44
Embarazo / Primer trimestre
Controlando las molestias
También pasan
y sólo es asunto
de adaptarse al cambio.
Las incomodidades en los primeros meses
del embarazo se deben a las hormonas
y son más frecuentes al momento de levantarse en las mañanas. Las náuseas
se presentan en 90% de las embarazadas y el vómito entre 25% y 55% de ellas.
El vómito excesivo se asocia a la
producción de progesterona especialmente, al incremento por disturbios psíquicos y sociales, embarazos múltiples o
historias de aborto. Dicha sintomatología es mayor durante las semanas 10 y
15, pero tiende a mejorar después de
la semana 20.
Para ello se recomienda fraccionar
la comida en menor cantidad y con
mayor frecuencia —intentar comer de
cinco a seis veces por día en porciones
pequeñas—, evitar alimentos fritos o altamente condimentados, no tomar tantos
líquidos al mismo tiempo con las comidas y aumentar el consumo de carbohidratos. Las galletas de soda en ayunas y
el jengibre en té o soda ayudan a disminuir las náuseas.
Otros síntomas asociados a estas molestias son los mareos, la salivación excesiva y el aumento del sentido del olfato,
lo cual se vuelve incómodo porque se
tornan inaguantables los olores cotidianos como perfumes, tabaco y hasta el
olor de la pareja.
¿Caprichos?
Los antojos son más una búsqueda de
complacencia que una reacción fisiológica. No existe una base científica para
determinar las razones de las mujeres en
gestación que sienten atracción particular por algunos alimentos, y menos
cuando esto sucede en el futuro padre.
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Fisiológicamente, el feto
reconoce sabores que se
impregnan en la placenta solo hasta después de
la semana 30, así que no
hay una prueba científica de que impulse a la madre a
consumir algo en particular.
Los dulces y carbohidratos consumidos por la embarazada se convierten
rápidamente en energía para el bebé,
cuyos movimientos se interpretan como
satisfacción, pero no es así.
La salud de la madre tanto como la
del bebé dependen en gran parte de
la alimentación. Hay hábitos sanos que
ayudan a la fácil digestión, a saciar la
ansiedad y no producen malestar.