Mi manual del bebé, quinta edición octubre 2013 | Page 28
Se vuelve más sensible durante el embarazo
y requiere atención especial.
Hay cuatro premisas básicas: una buena hidratación de la piel, un protector
solar facial de factor alto, una crema
antiestrías a partir del tercer mes y una
dieta balanceada.
En cuanto a la dieta, es necesario
hidratarse con dos litros de agua diarios
y consumir alimentos ricos en antioxidantes y vitamina C (kiwi, brócoli, tomate, mora, piña, naranja y limón).
La piel seca durante el embarazo
es usualmente provocada por una significativa pérdida de líquidos debido a
que hay mayor redistribución de ellos y
las demandas aumentan cada día, por
lo que es casi imposible mantener hidratada la piel del rostro y las extremidades.
Deben evitarse los productos que
contengan exfoliantes químicos (ácidos salicílicos, glicólicos, y alfa o beta
hidroxiácidos), especialmente en el primer trimestre. En su lugar, se usan exfoliantes manuales o unos que contengan
depuradores muy suaves y deban aplicarse manualmente con movimientos
circulares.
Las manchas irregulares que aparecen en la cara, llamadas cloasma o
melasma, se deben a la suma de la acción hormonal y de la exposición al sol
y no es recomendable usar cremas despigmentantes o blanqueadoras hasta
después del parto.
Puede que, debido al aumento de
estrógenos durante el embarazo, salgan
verrugas, pero seguramente desaparecerán después del parto. Si los lunares
crecen o cambian de color o forma, hay
que consultar al dermatólogo.
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Las estrías se producen cuando las
fibras elásticas de la piel se rompen; pasan en un primer momento por el rosado
para luego tornarse blancas o nacaradas, y por lo general se ubican en el
abdomen, los muslos, los senos y la zona
superior de los brazos. Son difíciles de
borrar, si no imposibles, a no ser por sofisticados tratamientos o costosas operaciones. Lo más importante será prevenir
cuidando adecuadamente la piel para
que se mantenga elástica y saludable.