Kizín dijo entonces:
Ahora ¿qué quieres? Piensa en que es el último día. Ahora solo quiero satisfacer un capricho. Dímelo y te lo concederé.
Quiero que laves estos frijolitos negros que tengo, hasta que se vuelvan blancos.
Eso es fácil dijo Kizín, Y se puso a lavarlos, pero como no se blanqueaban, pensó: ‘’Este hombre me ha engañado y perdí un alma. Para que esto no me vuelva a suceder, de hoy en adelante habrá frijoles negros, blancos, amarillos y rojos’’.