demanda de trabajo es derivada de la demanda de bienes y servicios,
porque cuando una empresa vende quiere producir más, para ello
querrá contratar trabajadores. Por tanto, si no hay producción no
habrá más trabajadores que puedan ofertar su empleo.
A pesar de que como cualquier otro mercado se rige por la ley de la
oferta y la demanda. En él intervienen, mucho más que en otros
mercados, los Gobiernos a través de las normas jurídicas, las
instituciones sociales, las relaciones colectivas y las valoraciones
personales. En él se fija el salario y las condiciones laborales mediante
un proceso de negociación, determinándose así el nivel y la calidad de
vida de los trabajadores.
En los mercados competitivos el precio funciona como un
mecanismo de ajuste, hasta que se alcanza el equilibrio. El mercado de
trabajo no funciona como un mercado perfectamente competitivo, ya
que tiene imperfecciones, rigideces e intervenciones desde el exterior.
Imperfecciones porque tanto las empresas como los trabajadores
tienen poder de mercado para influir en el salario. Rigidez porque el
empleo supone una relación personal estable y tanto al trabajador
como a la empresa les interesan otras condiciones además del salario.