Esta localidad debe su nombre a la leyenda de la princesa mapuche Lican Ray, hija del Cacique Carilef, la cual se enamoró de un soldado español, lo que provocó la ira del pueblo mapuche, obligando a la pareja a escapar a una de las islas, mientras eran perseguidos por el cacique y sus hombres, encontrando seguridad allí, pero al encender fuego el humo alertaba a los soldados teniendo que trasladarse de isla en isla siendo siempre descubiertos, sin embargo nunca fueron atrapados, perdiéndose en el tiempo y la distancia para no ser jamás encontrados.