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La documentalista y publicista estadounidense Kate Imbach ha
llevado a cabo un exhaustivo estudio del comportamiento de
Melania en Twitter en los últimos años con el objetivo de
determinar cómo se percibe a sí misma –consciente o
inconscientemente- en su papel de primera dama. Así, presta
especial atención a una 'selfie', la única posteada junto a su
marido en tres años. En ella predomina el paisaje y contrasta el
hecho de que mientras la cara de Trump aparece en su totalidad,
de Melania solo se ven sus ojos y en la sombra. Además, la
mayoría de las fotografías de su marido e hijo fueron realizadas
desde atrás, apareciendo estos de espaldas. "Ella vive en un
segundo plano", destaca la publicista. "Ella vive detrás del cristal,
en los coches, en su casa, en jets privados y en centros turísticos
privados. Ni siquiera sale del coche en los lugares emblemáticos o
a dar un paseo por el parque. Nunca se encuentra con la gente
(…) está viviendo en un cuento sombrío y en los cuentos, la
mujer atrapada en la torre no puede salvar a nadie más que a sí
misma", concluye Imbach. El comportamiento de la primera dama
es observado también desde el punto de vista del poder de
la jerarquía familiar. Mientras algunos le asignan un papel de
"víctima", otros se refieren a ella como una "eminencia gris", un
término utilizado para describir a un consejero de soberanos que
opera de forma no oficial. El portal Político hace hincapié en que
no hay que subestimar la influencia de Melania en los asuntos de
su marido, destacado que ostenta "un silencioso rol" de
"observadora privada" que contrasta con su imagen pública.
Fuentes cercanas apuntan que Melania es una de las pocas
personas a las que el presidente llama en plena noche para pedirle
opinión y consejo .