La educación de los padres lleva a sus hijos a reconocer sus propios límites tanto intelectuales como los sociales, logrando que los menores puedan determinar un juicio para actuar siempre reflexionando sobre lo que desea y lo que se puede hacer.
Una gran problemática que se viene presentando actualmente con la familia es que los menores si manifiestan tener buenos valores, es fácil que los modifiquen por influencias externas como los son los medios de comunicación, compañeros de la escuela o de su comunidad o grupo de amigos. Una de las causas probables de esta lamentable situación, es que regularmente tanto el padre como la madre para poder llevar el sostén de la familia trabajan, resultando poca convivencia con los hijos, convirtiéndose en presa fácil de las malas influencias externas con las cuales pasan más tiempo del que conviven sus propios padres. Los padres deben buscar espacios para compartir con sus hijos , espacios donde mediante el dialogo puedan inculcar y reforzar valores para que el niño los interiorice realmente y pueda tener fortalezas ante situaciones negativas y saber elegir qué es lo bueno para él.