Hablar de valores y de la mejor manera de inculcarlos, nos invita a la reflexionar, no sólo sobre el desinterés de los jóvenes, sino, sobre la responsabilidad que deben asumir los padres y el verdadero significado que conlleva esa labor
Los valores tienen una gran importancia en el desarrollo del joven adolescente, permiten la convivencia y a la armonía en cualquier relación social, por lo tanto, ejercerlos engrandecerá su forma de ser.
Al buscar la manera más adecuada para inculcar los valores y, al mismo tiempo, mantener una buena relación padres e hijos; se deben tomar en cuenta acciones que también enriquezcan la convivencia como, por ejemplo:
Dedicar tiempo para hablar y reflexionar sobre valores.
Ser congruentes entre nuestras palabras y nuestros actos (se debe dar buen ejemplo).
Fomentar la lectura de libros, revistas, artículos, etc., donde se traten tema de interés personal, así como familiar.
Poner atención y evitar actitudes como: Envidia, violencia, egoísmo, etc.
Ser constantes y dar seguimiento a todos los aspectos de la educación de los hijos como escuela, tareas y profesores.
Demostrar cariño, afecto e interés y mantener una comunicación abierta.
La juventud es una etapa en que las emociones se desbordan y el cuerpo cambia, por ello, la mejor manera de acompañar a los hijos durante ese periodo y brindarles herramientas sólidas para que convivan y se relacionen de la mejor manera a lo largo de su vida, comienza por inculcar, promover y ejercer los valores como parte de la vida diaria.
La actitud y la forma en la que respondan a sus circunstancias, problemas estará relacionada a todo aquello que aprenden en casa. Es en familia donde el mejor cultivo de valores se puede dar.