Los padres, desde siempre, han sido y serán la principal fuente en la transmisión de valores asumiendo la enseñanza de las normas psicológicas que marcan la actitud personal y social de sus hijos. Por otro lado, desde el sistema educativo se complementa este aprendizaje desde el ámbito social ofreciendo los refuerzos necesarios para afianzar la labor familiar. Sin embargo, la situación actual se ha modificado notablemente ya que El padre y la madre trabajan fuera de casa, Entre padres e hijos existe una carencia de comunicación, Existe una menor participación educativa por parte de los padres, La transmisión de valores está recayendo a los centros educativos y en sus profesionales, Los medios de comunicación ofrecen una influencia negativa. Todos estos factores implican que la tenencia de valores, por parte de la juventud, sea insuficiente e inadecuada.
Si vemos la realidad desde el ámbito educativo y familiar, nos podemos dar cuenta de la "la crisis de valores” presente en la juventud. El problema no es solo de los jóvenes, que no son más que el resultado de una muy escaza formación ética y moral, sino de la falta de compromiso por parte de las familias que les dan prioridad a otras actividades a la enseñanza de valores y del fracaso de las estrategias educativas aplicadas en este campo. Hay valores universales de los cuales nadie debe estar exento, tales como: responsabilidad, libertad, igualdad, respeto, tolerancia, humildad, prudencia, etc. Que son la base para una vida plena.
La pérdida de valores dentro de la población juvenil hace que vivamos en una sociedad enferma, la imprudencia, irresponsabilidad, desigualdad, etc., que son antivalores que contribuyen a algunos de los problemas en los jóvenes que tienen baja autoestima como lo son los desórdenes psiquiátricos, estrés, ansiedad, sobre peso, anorexia, bulimia, tristeza, desordenes maniaco-depresivos trastornos bipolares y conducta suicida, la drogadicción, el Alcoholismo, violencia sexual durante el noviazgo entre los mismos jóvenes, la violencia dada por la falta de valores, como lo son: respeto, igualdad, libertad, bondad, humildad, amistad, responsabilidad, que son imprescindibles durante un noviazgo.