Buscando a Dory reúne en la gran pantalla a uno de los personajes más queridos del público, un pez cirujano color azul que vive feliz en el arrecife de coral en compañía de Nemo y Marlin. Pero de repente, Dory recuerda que tiene una familia en algún sitio y que a lo mejor alguien la está buscando en algún sitio. ¿Qué puede ella recordar? ¿Quienes son sus padres? ¿Y dónde aprendió a hablar a las ballenas?
Así que embauca a Marlin y Nemo en una increíble aventura oceánica que les llevará al prestigioso Instituto de Vida Marina (MLI) de California, un acuario y centro de recuperación de especies marinas.
Para encontrar a su madre y a su padre, Dory pide ayuda a tres de los habitantes más estrafalarios del MLI: Hank, un pulpo cascarrabias que suele zafarse de los cuidadores; Bailey, una ballena beluga que está convencida que su sonar biológico está estropeado; y Destiny, un tiburón ballena corto de vista.
Dory y sus amigos se adentran con destreza por los complejos mecanismos internos del MLI y descubren la magia de sus defectos y las de sus amistades y familias.
Buscando a Dory trata de cómo Dory se encuentra a sí misma, en todos los sentidos, es sensible y vulnerable y todavía tiene que descubrir su fuerza interior.
DIOSES
22 DE JUNIO
Del director Alex Proyas.
Con Gerard Butler, Brenton Thwaites,
Nikolaj Coster-Waldau.
En el antiguo Egipto, la supervivencia de la humanidad pende de un hilo al tiempo que un inesperado héroe mortal llamado Bek (Brenton Thwaites) emprende un emocionante viaje para salvar el mundo y rescatar a su verdadero amor. Para tener éxito, deberá contar con la ayuda del poderoso dios Horus (Nikolaj Coster-Waldau), formando una improbable alianza contra Set (Gerard Butler), el despiadado dios de la oscuridad que ha usurpado el trono de Egipto, sumiendo al en su día próspero y pacífico imperio en el caos y el conflicto. Mientras su asombrosa batalla contra Set y sus secuaces les lleva al Más Allá a través de los cielos, el dios y el mortal deberán pasar pruebas de valentía y sacrificio si quieren tener esperanzas de prevalecer cuando llegue la épica confrontación final.