Matemática divertida y curiosa
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Malba Tahan
60. Curvas y ecuaciones
1. La geometría de Chateaubriand
La imaginación del escritor cuando procura dar vivacidad y colorido una descripción
no se preocupa ni aun de las figuras geométricas más simples. La fantasía
caprichosa de los literatos de talento no encuentra barrera entre los rigores de la
fórmula de matemática. Lleva vamos a coger un curioso ejemplo de la obra
admirable de Chateaubriand. Ese célebre escritor francés autor de Genie du
Christianisme, al describir el prodigio de un canadiense que encantaba serpientes al
sonido de una flauta, dice precisamente lo siguiente:
"Comenzó entonces, el canadiense a tocar su flauta. La serpiente y su movimiento
de sorpresa y tiró su cabeza hacia atrás. A medida que la dominada por el efecto
mágico sus ojos perdían la aspereza, la vibraciones de su cola tornábanse más
lentas y el ruido que ya emitía disminuía lentamente hasta extinguirse.
"Menos perpendicular sobre su línea espiral las curvas de la serpiente encantada
venían una a una a posarse sobre la tierra en círculos concéntricos (Genie du
Christianisme, parte I, libro III, capítulo II)"
No es posible que una serpiente repose formando con el cuerpo "círculos
concéntricos". Aún más, no hay en geometría una línea que sea, en relación a otra,
menos perpendicular. El autor de A tala ignoraba, con certeza, como se define
matemática el blanco de una recta con una curva.
Dirán finalmente los admiradores de Chateaubriand: Siendo atrayente el estilo y
agradable la descripción ¡qué importa la geometría!
Llegamos así a un punto en relación al cual no deseamos, en modo alguno,
mantener una polémica con el lector.
2. El problema de los árboles
En un terreno de forma cuadrada un propietario quiere construir una casa; en ese
terreno existían, plantadas según una disposición regular, 15 árboles.
Traducción de Patricio Barros
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Preparado por Patricio Barros