Introduccio n:
Algunos estudios revelan que hay mucha gente que tiene dificultades para extraer
información matemática de situaciones reales, tal vez, porque en su etapa de formación
se ha dado más importancia al aprobado de un examen que a mostrar la aplicación
cotidiana que tienen las matemáticas. Algunos entendidos opinan que, enfocadas
convenientemente, las matemáticas pueden ser divertidas.
Hoy en día, con mucha frecuencia, al hablar de las matemáticas suele producirse un cierto
rechazo. Es como si tuviésemos miedo a las matemáticas. ¿Por qué ocurre esto? Creo que,
fundamentalmente, por una falta de conocimiento del uso cotidiano que hacemos de las
matemáticas y de su utilidad; y además, porque nos resulta difícil vincular las matemáticas
con el lenguaje.
Las matemáticas son como la vida, nos plantean retos cotidianos que tenemos que
resolver. Si hay un reto es que hay una forma de resolverlo; la clave está en parar y buscar
la solución, pensar. Si reflexionamos un poco sobre todo lo que hacemos a lo largo de un
día, veremos cómo continuamente aparecen "retos" que tenemos que resolver con la
ayuda de las matemáticas; cuando ponemos un despertador, lo hacemos calculando el
tiempo que necesitamos para llegar a una cita; cuando preparamos una receta de cocina,
calculamos las proporciones de los ingredientes...; y así podríamos seguir, sin olvidar el
uso que hacen de las matemáticas todas las demás ciencias.
Modelos matemáticos para resolver situaciones
La evolución de la investigación en el terreno de las matemáticas ha sido paralela a la
investigación en el terreno de las demás ciencias, especialmente de las ciencias naturales
y de la física; a partir del siglo XVIII, los objetivos de la ciencia se reorientaron en busca de
teorías que explicasen las relaciones entre causas y efectos. Newton (1642-1727) y Leibniz
(1646-1716) establecieron las bases del cálculo diferencial, especialmente de las
ecuaciones diferenciales, gracias a las cuales podemos acercarnos más al conocimiento de
las leyes de la naturaleza, a las leyes que rigen el universo. Pero mucho antes de que estos
dos genios naciesen, ya hubo grandes matemáticos: Pitágoras (580-500 a.C.), Zenón de
Elea (490-430 a.C.), y una larga serie de matemáticos. De la India y Arabia procede nuestro
sistema de numeración moderno; la base "60", con la que medimos el tiempo, ya aparece
en el segundo milenio antes de Cristo, y así podríamos seguir. El cerebro humano tiene
una capacidad de cálculo mucho mayor que el más potente de los computadores
conocidos; y esto es así porque, al final, el ordenador siempre trabaja con un margen de
redondeo, con un margen de error. El ser humano es capaz de intuir una secuencia
continua entre los números, un ordenador no; precisamente, para solventar esta situación
y tratar de acotar los errores de las máquinas de cálculo, tenemos una rama muy
interesante de las matemáticas: la matemática discreta.