La risa es primavera,
es subconciente y es ausencia.
Ya no hay risa,
se acabó la tinta,
es un lunes en invierno.
El hastío cobija la soledad
con sábanas de falsedad.
La saliva no sabe a miel
sino a condena.
Mi propia piel me arde.
Cuando me toco las sienes
sueño que canto vino.
Mis sonidos saben a licor.
Deja que te mute el espacio y el tiempo.
Carcómeme a caricias,
déjame probar hasta tu bendito ectoplasma.
Que tu espalda sea mi cobija,
la ramera de tu ombligo sea mi premisa.
Tu sabor a pan es de chocolate
y tú, café, mira con invisible mirada
a la rosa perfumera de mi conciencia ingrata.
Juan Carlos Hernández García
El tiempo es la manera en la que te digo que te extraño
"A un imposible"
Fotografía por Juan Carlos Hernández García