nos vestían con las mismas prendas, nos peinábamos de la misma manera, cuando subíamos al camión, la gente nos miraba, como si de alguna especie de espectáculo se tratase, como si mi hermana y yo fuéramos un par de fenómenos diferentes al resto".
Todo esto me hace reflexionar con respecto a lo que se vive y se entiende desde el inicio del tiempo, el poder de la imagen es tan fuerte, que cuando nos encontramos con alguna anomalía de lo "cotidiano" de la vida, no podemos resistirnos a ver aquello que nos causa incomodidad, morbo, angustia o quizás simple interés, que más que ser una repulsión a lo desconocido, pareciera que uno como humano se esfuerza en querer ver algo dentro de eso, en querer entender y descubrir aquello que no comprendemos o que nos causa de algún modo cierta "incomodidad".
Aquí es cuando retomo el tema de los gemelos, ¿al humano le fascina la idea de tener un clon (Clon como la idea de pertenecer a algo)? ¿o es acaso qué al ver dos rostros iguales esté se da cuenta de la falta de identidad que tiene consigo mismo? Aquel momento de intertextualidad en el cual uno se define a sí mismo como parte de otro, lo cual, en un mundo tan globalizado, en el que en cada momento somos bombardeados por imágenes y en el que cada uno de nosotros está conectado entre sí, lo que da pie a una pérdida de identidad, ya que al ser mezclas de mezclas de las mezclas, uno podría decir que no se encuentra consigo mismo, que no se reconoce frente a un espejo, que reconoce ante la imagen que en este mundo tan sobrepoblado, uno no es más que la simple perdida del otro.
"Unión"
"Florecer"