Desde el coche de delante arrojaron un
brazo a la calzada, rebotó varias veces
antes de llegar a la mediana, donde
pude ver cómo todas sus articulacio-
nes saltaban en pedazos. Era un coche
con matrícula francesa. Me adelanta-
ron decenas de coches con matrícula
francesa, presumo que marroquís que
volvían de celebrar la fi esta del corde-
ro, pero eso nunca se sabe.
43