Matada la friura Matada la friura | Page 31

Mirar con las manos abiertas tanto al cielo como en lonta- nanza. Enseñar las palmas en derredor del majuelo, sen- tir el rocío en la madrugada. Voltear las palmas vacías, si- lenciar el dolor repartiéndolo en banastas de mimbre. 29