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El comienzo de la vida y la primera infancia (0-2 años) rebros infantiles se agrandan, con neuronas que se conectan unas con otras a un ritmo vertiginoso, ya pro- gramado. Los diminutos estómagos digieren todas las comidas y envían los nutrientes para la actividad del cerebro y cuerpo, así como para el asombroso y rápido crecimiento. Todo el lo sin olvidar la impor- tante función socioafectiva que los padres y la cultura juegan dentro de este proceso de desarrollo bio- social –no meramente biológico–, puesto que los adultos dan al niño el alimento que le permite crecer y lo ajustan a sus constantes cambios diarios. 2. DESARROLLO BIOSOCIAL 2.1. Desarrollo físico y psicomotor Desde el mismo momento de la concepción, el organismo huma- no tiene una lógica biológica, una organización y un calendario ma- durativo. Desde la óptica de la psi- cología evolutiva no se puede pres- cindir del desarrollo físico, ya que este posibilita el desarrollo evolu- tivo en general y, a su vez, impone limitaciones al cambio. El proceso de crecimiento está organizado y tiene una evolución prescrita por los genes, aunque abierto también a las influencias del entorno. Por eso se habla de factores endógenos y factores exógenos. El concepto de rango o margen de reacción sirve 40 para ilustrar esta influenciabilidad limitada del ambiente de la que ha- blamos, es decir, lo que la herencia prevé que no es un valor fijo y ce- rrado sino un cierto margen abierto a la influencia de factores externos. 2.2. La curva del desarrollo El crecimiento físico es un pro- ceso regular y continuo que no fun- ciona a base de paradas y saltos bruscos, sino con una progresiva y paulatina acumulación de cambios que transforman el cuerpo y sus ca- racterísticas. Autores como Fernán- dez, Labena, Rueda y Puga (1988) presentan tablas que ilustran el cre- cimiento –en estatura y en peso–, de las cuales se pueden extraer las siguientes reflexiones: • Se da importancia a que los va- lores de un sujeto concreto se sitúen dentro de lo que se llama normalidad estadística. • También se valora que el creci- miento no se interrumpa antes de su tiempo y de forma irre- cuperable –puesto que debe ser progresivo–, y la curva de creci- miento ha de ser coherente con- sigo mismo (no será idéntica la curva de crecimiento de un niño que nace con bajo peso que la de otro que nace con un peso nor- mal). • En la curva del crecimiento se resalta el dimorfismo sexual, ya que adopta perfiles ligeramente diferentes según el sexo.