martin patricio barrios | blanco. Yamal, el fin del mundo blanco. yamal, el fin del mundo (cc license) | Page 50

Estaban preocupados por la situación de los indios en la Argentina. Cada tanto aparecía la misma pregunta: ¿Viven en reservas o son Nación? Me lo repreguntaban como si algo en mis respuestas fuera débil, como si yo fuera estúpido y no entendiera el sentido de las pre- guntas, como si al final de tanto insistir, yo fuera a confesar algo que les ayude a entender su propia complejidad de saberse colonizados, algún espejo que les reconforte el alma, el sueño, algo. Como si mi respuesta: «ni esto ni aquello, simplemente son pobres», no pudiera relacionarse de ninguna manera con los forcejeos en los mercados de Yar Sale, con el precio de los impuestos, con las películas de policías corruptos que miraban en silencio horas y horas y que nunca termina- ban de ver porque se acababa el combustible del generador, porque el vodka los doblaba sobre las rodillas o porque simplemente se perdían en sueños indescifrables de osos blancos y pájaros deliciosos en- sartados en sus flechas o derribados por sus fusiles de francotirador que arrancaban más carne al animal que la que se pudiera recolectar del revoltijo de plumas y de nieve, películas de policías corruptos que miraban fumando en silencio como el melancólico mira al fuego. Como mi respuesta no varió, ellos no preguntaron más. No pregun- taron más nada. Ya no había nada de interés en ese blanco no ruso, medio helado, que no fueran los Lucky Strike que salían milagrosa- mente de mis bolsillos. Pero eso no se pregunta. Para eso solo se es- tira la mano.