martin patricio barrios | blanco. Yamal, el fin del mundo blanco. yamal, el fin del mundo (cc license) | Page 84
Me dieron un hacha. «Se te va a pasar el frío», me
dijeron.
Tampoco logro mucho con el hacha.
Me acerqué al pino derribado, me paré al lado. Lo
miré un rato largo, como si en algún nudo estuviera
la respuesta. De los golpes en la base sale un poco
de resina, el olor me abre los bronqueos. Es rico el
olor de la resina. Mascarla no tanto.
Mi tarea era sacar las ramas, dejar solo el tronco,
dejando un penacho en la punta, tal vez para amor-
tiguar en el viaje.
Primero intenté con el filo, pero las ramitas se do-
blaban como si fueran de caucho. A veces el hacha
rebotaba. Como al cuarto pino entendí: hay que
pegar con el revés sobre el nudo y la rama se cae
entera.
Sudé como mula, creí que me iba a morir por el sudor
congelado.