María había llegado a Buenos Aires, el viaje en avión fue más largo de lo planeado, duró más de doce horas. Su madre y el incondicional Onofre esperaron con incertidumbre el encuentro.
Ella no llegó sola… Alguien viajó con María… Nadie lo imaginó, pero ella llegaba con una dulce y tierna bebé en sus brazos. Se saludaron con cariño y tensión a la vez. Se cruzaron miradas con muchas preguntas… Pocas respuestas, muchas dudas… Pocas certezas.
María agradeció a ambos por estar allí, y a la vez les anunció que por un tiempo, iría con su hija a hospedarse a un hotel (necesitaba aclarar sus ideas).
La madre quedó en silencio y regresó a su casa sola.
Onofre sintió que su corazón se quebraba, sus ojos se llenaron de lágrimas, no comprendió la decisión de María, pero la respetó. Él quedó solo y María con su hija se marcharon del lugar.
Después de una semana María comenzó a recordar momentos vividos con Onofre:
· Aquel ramo de rosas de $1750.
· El trabajo compartido.
· El viaje a Italia.
· El encuentro con su verdadero padre.
· La noche que después de salir a caminar compartieron algo más.
Los recuerdos aumentaban y con ellos un pasado que la atormentaba. Al mismo tiempo se daba cuenta de la importancia de Onofre en su vida. Él siempre estuvo y ahora… ¿Seguirá estando? Por un momento sintió una enorme fuerza que la impulsó a salir a buscarlo, salió corriendo tras su propio deseo de encontrarlo. Ella sentía ganas de abrazarlo, besarlo y decirle al oído que lo amaba.
Capítulo 14
Maria Va - Capítulo 14
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