Homenaje a Marcelo Gracés
Que el ciclismo no se olvide de Gracés
Por : Jorge De León
A hora al pelotón le faltan ruedas . Le falta aire y fuerza . Carece de una espalda llena de caramañolas y botellas de refrigerios para un compañero famélico y sediento . Ya no se siente el zumbido de su pasaje vertiginoso y su corazón latiendo a mil por desplegar el amor por el ciclismo . Hay un hueco en la ruta . Hasta los pastos en la orilla que algún día lo vieron pasar como bólido , se erizan en son de recogimiento . Habrá un compañero esperando su apoyo , su rueda , su tirón y resguardo en un abanico .
A la caravana , hoy se le ha pintado un crespón negro . Llora a uno de sus integrantes más queridos . Ahora , quizás , Marcelo Gracés anda lanzando puntazos sobre alguna carpeta asfáltica entre nube y nube . Y seguro , lo hará con ese pundonor inconmensurable que demostraba en cada actuación . Por ese amor 2
al ciclismo . Que demostró un día , dejando los Masters y lanzándose a la porfía de las grandes conquistas .
Al pelotón le falta una sonrisa . Su gesto calmo , adusto , pensativo , respetuoso y siempre cálido . Porque Gracés era un hombre sin aspavientos , sin falsas poses , sin podios desmedidos , sin euforias altisonantes . Para él el ciclismo pasó por el corazón . Como aquel día cuando se detuvo casi la totalidad del pelotón en una Vuelta y prefirió seguir sobre la bicicleta . Ese era su mundo , además de su familia .
La escalera del pelotón de mañana tendrá siempre un hueco para su relevo . Allí se meterá su alma , siempre para tirar con sus dientes en labio y fuerza sumida en sus fibras . La caravana de la Vuelta siempre tendrá su espacio . En los podios siempre habrá una malla . Cuando la bandera a cuadros baje en la próxima carrera , su recuerdo arrancará siempre con la máxima multiplicación , parado en los pedales y mirando al frente , sin echar vista atrás .
Con Marcelo nos unía el mismo origen . En una vieja Lygie azul , el viejo solía llevarnos allá en el mismo pueblo de Gracés ( Trinidad ) cada día , a nuestra escuela . Desde entonces , criarse entre ruedas y bicicletas fue una constante de la infancia allá en el fondo donde se juntaban los ciclistas de entonces . Aprendí a verlos reir en los triunfos y lamentarse en las derrotas . Aprendí que el ciclismo está hecho solo para valientes , para aquellos héroes más allá de las palabras . El viejo , que un día decidió armar un embalaje repentino , decidió partir para unirse al pelotón que allá arriba estaba armando Atilio , el Tito y el Pocho . Seguramente , se siente el olor a linimento para empezar los masajes de la gloria eterna .
Que el ciclismo nunca olvide a Gracés . Que sirva de ejemplo .