Maravillas Neolonesas Noviembre 2015 | Page 12

Mina, una experiencia inolvidable.

Por Paulina Méndez

Mina es un lugar bastante lindo. Tiene mucha naturaleza y es un lugar muy relajante. Pero lo que en serio importa en Mina, Nuevo León son los monumentos históricos. Mina es hermoso, pero también es un sitio muy pequeño. Como es un sitio muy pequeño es más sencillo explorar cada rincón. Los monumentos son pocos, pero son de muy grande importancia; se encuentra La Hacienda “Del Muerto”, La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, el Barrio Los Guerra Hacienda “San Francisco de Cañas”, Plaza de los vientos, Monumento a Francisco Javier Mina y el Monumento al Pbro. Benjamín Tapia Arroyo.

De todos esos monumentos, a mí me tocó ver de los más importantes y quedé impresionada. Me enamoré de las maravillas de Mina puesto que en el lugar donde vivo no se ven cosas tan impresionantes. Lamentablemente no me tocó ir a visitar la Hacienda Del Muerto, pero cuando vi los monumentos a Francisco Mina y Benjamín Tapia fue un gran momento. Mi monumento histórico favorito fue La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe ya que tiene un territorio muy espacioso, es una Parroquia muy limpia, y, en lo personal, me agrada el hecho de que la religión católica llegue hasta allá.

A otro lugar que fuimos y que me llamó mucho la atención fue a Boca de Potrerillos. Es un lugar fuera de las ciudades, y lleno de naturaleza hermosa. Ahí se pueden encontrar muchos petroglifos, un puente muy parecido a los que se ven en las películas y un museo en donde muestran piedras usadas por nuestros antepasados como picos de flechas, o rocas usadas para otras funciones específicas. La verdad es que, aun siendo un municipio muy pequeño, tiene grandes descubrimientos y mucho que explorar, grandes y hermosos paisajes y mucha comida deliciosa.

Si hablamos de museos, a mi me encantó el museo Bernabé de las Casas; en este museo se encuentran uno de los pocos fósiles encontrados de mamut. Es pequeño el museo pero a mí me gusta eso puesto que tienes tiempo de sobra para poder visitarlo completamente y sin prisas. Hay una zona donde se encuentran piedras prehispánicas y en otra zona se ven artículos y cuadros relacionados con el Niño Fidencio

Cambiando un poco el tema, el lenguaje ahí es muy

parecido al de Monterrey, de las pocas palabras que oí de la gente de Mina muchas eran bastante parecidas a como yo las pronuncio. Quizá la única diferencia podría ser que hablan un más suave y un poco más lento. Fuera de eso no hay mucho que decir de las diferencias del lenguaje.

La comida ahí es bastante deliciosa; fuimos muchos alumnos y a la mayoría le ofrecieron mole, el cual supongo que estuvo de maravilla, pero a mí me ofrecieron unas entomatadas que, en verdad, fueron de las más ricas que he probado en lo que llevo de vida. También puedes encontrar quesadillas muy ricas, nopalitos con papa bastante buenos y enchiladas con arroz. El postre no se queda atrás; hay una panadería que vende empanadas, hojarascas, tartas, semitas, molletes, y muchas más delicias que también fueron un deleite para el paladar.

Nunca había ido a Mina, pero sí que me gustaría volver a ir para continuar explorando y disfrutar más maravillas de este hermosa y asombroso lugar.

Letrero de entrada al museo Bernabé de las Casas. Foto por Andrea Contreras

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Artículo de Opinión