EDAD MEDIA
El cuidado personal llego a ser indigno y ofensivo.
La mujer permanecía recluida en castillos y
tapaban la cabeza con tocados en señal de
sumisión.
Trascurrido algún tiempo volvieron a interesarse
por la cosmética, debido en gran parte a la
influencia árabe. Destacaron los grandes
trenzados en el pelo que, a veces más que un
peinado llegaron a ser verdaderas obras de arte.
RENACIMIENTO
Utilizaban gran cantidad de perfumes para
paliar el mal olor, ya que se mantenía poca
higiene. La mujer se teñía el pelo de rubio
que hacia verdadero furor. Los tocados se
llevaban excesivamente adornados; la frente
se depilaba logrando grandes dimensiones,
las cejas se dejaban muy finas y arqueadas o
ligeramente redondeadas y en algunos casos
desaparecían. En los ojos, aplicaban kohl y se
daban colorete en rojo (granadina)
SIGLO XVII-XVIII LA CORTE
Existía una obsesión por el maquillaje y los perfumes,
debido a la extravagancia y exageración propuesta por la
corte. El hombre se maquilla tanto como la mujer,
presentando un aspecto afeminado. La mujer se aplicaba
una pintura dando a la cara una blancura excelente,
empolvándose con polvo de arroz o de harina, mejillas de
rojo estridente y se perfilaban las cejas, ojos delineados en
negro, en el parpado aplicaban azul, o verde, rojo oscuro en
los labio dibujados en forma de corazón,. Los lunares
tuvieron su importancia. Eran considerados estéticos, a
veces se los pintaban o los hacían de terciopelo.