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· núm. 59
Dos poemas
Carlos Roque García Pirsch
Playa La Audiencia
Legendaria playa de ilusión,” La audiencia”,
cubierta de exuberante y gran belleza;
obra especial de la naturaleza,
regalo de Dios por su grandeza.
Pincelazo de la divina acción creativa,
escenario hermoso de la historia nuestra,
ahí Cortés, con rigurosa fuerza,
pacificó la región y la dejó cautiva.
El verdor de tus paisajes naturales,
invade por completo tu figura,
enormes barcinos, vegetación salvaje,
colinas bellas de mediana altura,
las altivas palmas llegadas del oriente,
te visten con gran galanura,
ahí el mar encuentra “su reviente”,
con las rocas que parecen de escultura,
como “los frailes” que asoman al poniente,
y que observan de lejos tu hermosura.
Cuando el corsario invadió tu playa,
y atacó al colonizador en la llanura,
para saquear sus bienes y riquezas,
aprestando la espada y la armadura,
pesada artillería y cabalgadura,
escenificó Salagua estratégica batalla,
defendiéndose y peleando hasta en tu playa,
donde muchos hallaron sepultura,
en guerra de gran envergadura.
Muy pronto estaré ahí, playa de ensueño,
te extraño y quiero con veneración,
quisiera un día hacerte una canción,
pues te mantienes libre… no tienes dueño,
te lo digo con gran satisfacción
porque ahí me veo, como en un sueño,
con mi novia amada, la dueña de mi corazón.
La Barcaza
Ahí estaba varada, a un lado del mar,
la vieja barcaza que usé al navegar,
y que hace mucho tiempo me llevó a surcar
los más fieros mares allá en altamar.
Tormentas y truenos aguantó al pasar
los vientos extremos allá en Miramar,
igual que serenos tiempos de pescar,
y con 4 cañas pude yo atrapar
enormes pescados cual frutos del mar.
Más llegó el tiempo y me fui a viajar
a otros horizontes pude llegar,
dejando la barca, me salí del mar,
y me fui muy lejos, lejos de mi hogar,
dejando mi gente una navidad,
pues el mundo entero quise conquistar
y lejos, muy lejos alcancé a llegar,
pero con el tiempo llegué a comprobar,
que dejé en mi playa mis ansias de amar...
luego, solo y triste quise regresar,
pero la borrasca me logró atrapar,
luego oscuro muro me impidió pasar
me faltó muy poco para fracasar…
Pero como pude, me pude escapar,
y a un lado del camino me pude quedar,
y a mi viejo pueblo pude retornar.
Ahora…que han pasado muchos años ya
veo como soñando mi entrañable hogar,
y la barca triste la volví a encontrar
muy abandonada y fuera de lugar,
pero con el tiempo voy a procurar
repararla pronto, devolverla al mar,
recordando tiempos en aquel lugar
y yodo del océano volver a aspirar.
Y ya cansado y viejo salir a buscar
a una sirenita y oírle cantar
bellas melodías, que me harán soñar,
y sus dulces besos volver a probar,
con dulces caricias que me harán gozar.
Hoy que por fin pude regresar
del Faro al “Viejo” me voy a pescar,
atrapando peces en ese lugar
como sierras grandes, como calamar,
llenando el canasto para alimentar
las ansias de quienes quieran escuchar
las voces y cantos que entona la mar,
como buen remedio para recordar,
que el mejor lugar donde hay que estar
no queda muy lejos… es tu propio hogar.