Manzanillo Nativos 61 | Page 6

6 · núm. 61 mis posibilidades, obvio, hasta que un día enfermó y murió. Era extraña la amistad o relación que teníamos, porque Don Melquia era muy serio, vivía solo, en una casita por el cerro, y desde que yo era niña, siempre fue vecino, pero no platicaba con nadie., Las personas que me conocían, incluso mi esposo, me decía: “Pero tú estás loca o qué te pasa, lo dejas entrar a la casa y si un día te da un mal golpe”. No sé, yo pienso que la gente es buena y gracias a Dios hasta el día de hoy no me ha sucedido nada. un Sr. Canoso, que traía muchas cachuchas, una encima de otra, unos bultos grandotes y se la pasaba peleando con cualquier persona que se le acercara. Yo le pregunté, “disculpe Sr., ¿cómo se llama?, y me dice muy toscamente, “chaparrita si me compras una coca, te digo mi nombre”, a mí se me hizo graciosa, pero justa su respuesta y le dije, “está bien, pero le Hoy radico en Ensenada, y han pasado varias personas, a quiénes les he ayudado con comida, con ropa o simplemente con palabras, pero sigo con mi imán que atrae a las personas enfermitas. Aquí en mi colonia, está un Sr. que se llama Ismael; él quedó dañado por el uso de drogas, tiene su familia que lo tiene en un cuartito, le dan de comer, pero todo el día anda deambulando por la cuadra, y llega a mi casa, toca mi puerta y me dice Rosa (jajá, parece increíble pero juro que es verdad, tampoco me llamo Rosa). Me dice, “¿me puedes dar un café?”, o a veces me pide comida y aunque todo mundo dice que es grosero, que un día me dará un susto, yo siempre he creído que a las personas, como las trates, te tratan…. Mi marido, a lo largo de 27 años juntos, ya aprendió que conmigo no se puede, y a veces, él le prepara su cafecito o su plato de comida a Mayel. Al poco tiempo, se me acercó EL GERAS. El Geras, era quizás sólo unos 10 años mayor que yo, y había quedado afectado de sus faculta