núm. 61 ·
3
Mariano Trillo,
la Ocurrencia y
la Demagogia
Miguel Acosta
A
yer nos referimos a la propuesta hecha por el autodenominado Frente Opositor para
que se modifique la manera como
son elegidos los miembros del
Consejo General del Instituto
Electoral del Estado de Colima.
Uno de los promotores de esta
iniciativa es el dirigente estatal del
Partido Verde Ecologista de México en Colima, Mariano Trillo Quiroz, quien en su vida política ha
andado del tingo al tango y lo ha
hecho sin importarle color, ideología, estatutos, congruencia o tan
siquiera un poco de decencia en
su actuar político.
Mariano Trillo no es hombre de
trabajo, sino de grilla. Ha encontrado en la política la forma de
medrar y lo ha hecho con base en
la declaración tremendista, en busca más del efecto mediático de su
dicho, que de la veracidad de los
mismos. Ha hecho acusaciones sin
ton ni son. Son muchas las ocasiones en que ha traicionado a sus
socios, sus compañeros, sus aliados. Alejado de la democracia,
cuando necesitó los votos ciudadanos para alcanzar una posición
de elección popular, sus traiciones
y falacias, le fueron cobradas en las
urnas. Mariano Trillo es un merolico contumaz, un gamberro apoderado de la dirigencia del Verde en
Colima, acostumbrado a imponer
su voluntad y no a debatir, pues
carece de convicción y voluntad
de tolerancia. Por tipos como él,
los ciudadanos pierden la credibilidad en los políticos. Mariano Trillo
no es un hombre de ideas, sino de
ocurrencias y choradas y es un
político que siempre anda en busca de ser comprado. La prueba de
ello es que en el anterior gobierno
lo nombraron director del Conalep de Manzanillo, cargo por el que
pasó con más pena que gloria. Mariano Trillo es un hombre que no
acepta sus errores y que busca
siempre a quien echarle la culpa
de los mismos. Culpó al PRI y al
entonces gobernador Silverio Cavazos, de no haber accedido a una
diputación plurinominal, pues pretendía que el Instituto y el Tribunal
Electoral del Estado le a ͥ