TÍTULOS DE PARTICIPACIÓN:
Títulos emitidos por el Banco de la República al mercado, denominados en pesos que tienen un
rendimiento semejante al que tienen otros títulos en el sistema financiero. Es importante resaltar,
que dichos valores pueden ser adquiridos por todos los agentes económicos. Sin embargo, cuando
los adquiere el gobierno se debe a un acuerdo entre éste y el Banco de la República. Por el contrario,
la colocación de los títulos entre el público y el sistema financiero se hace a través de operaciones
de mercado abierto y no mediante convenios. Los Títulos de Participación se constituyen el principal
instrumento de contracción monetaria.
TÍTULOS DE TESORERÍA (TES):
Los títulos de tesorería creados en la ley 51 de 1990 son títulos de deuda pública interna emitidos
por el Gobierno Nacional. Existen dos clases de
Títulos:
Clase A y clase B. Los primeros fueron emitidos con el objeto de sustituir la deuda contraída en las
operaciones de mercado abierto realizadas por el Banco de la República. Los segundos se emiten
para obtener recursos para apropiaciones presupuestales y efectuar operaciones temporales de la
Tesorería del Gobierno Nacional. En la actualidad solamente se emiten los títulos de clase B. El plazo
se determina de acuerdo con las necesidades de regulación del mercado monetario y de los
requerimientos presupuestales o de tesorería, y fluctúa entre 1 y 7 años. El rendimiento de los
títulos lo determina el Gobierno Nacional de acuerdo con las tasas del mercado para el día de
colocación del mismo.
TRANSFERENCIA:
Renta de destinación específica. Las transferencias en Colombia se extienden a entidades
territoriales (Situado Fiscal y Participación de los Municipios en los Ingresos Corrientes de la Nación),
para invertir, entre
Otras cosas, en salud y educación.
TRANSACCIÓN:
Compra o venta de algún instrumento financieros.
USURA:
Tipo de interés pagado por el uso del dinero ajeno superior al establecido por la Ley. Cobrar un tipo
de interés superior al máximo legal sobre los préstamos. En su acepción moderna se refiere al cobro
"abusivo" o "excesivo" de intereses sobre los préstamos, en relación al nivel corriente de las tasa de
interés vigentes en el mercado. Según determinadas concepciones éticas vigentes en el pasado, se
proclama la injusticia del cobro de cualquier interés, considerándose que constituía una apropiación
indebida de ingresos por parte del prestamista.