Manual de Ejercicio Profesional Médico Edición 2020 | Page 190

Capítulo III De la regulación atingente al trabajo médico o de una defunción fetal tardía (28 semanas o más de gestación) se requiere informar la edad en forma detallada junto a atributos del padre (nombre, edad, ocupación y nivel del instrucción) y la madre, (nombre, edad, estado civil, número de hijos habidos y nivel de instrucción) dada la relación de estas características con el deceso precoz del niño. En estos casos, hay que precisar igualmente el peso al nacer, el mes de gestación y el estado nutritivo previo a la enfermedad que llevó a la muerte por la estrecha asociación entre muerte infantil, prematuridad y desnutrición. La segunda parte incluye la certificación de la causa de muerte. Lo que fundamentalmente importa en la certificación de defunción es definir la causa originaria o causa básica que inicia la cadena de acontecimientos que llevan a la muerte. Esta causa será la tabulada como “causa de muerte”. Los ejemplos siguientes clarifican el concepto anterior: en un fallecimiento por bronconeumonía consecutiva a mastectomía por cáncer de mama, la causa de muerte es cáncer de mama; en la muerte de un insuficiente cardíaco por valvulopatía mitro-aór- tica de origen reumático, la causa de muerte es enfermedad reumática; en una defunción pro traumatismo cráneo-encefálico producido en una colisión de automóviles, la causa de muerte es colisión de automóviles. en los que la “causa inmediata” es sólo una complicación o resultado tardío de una enfermedad original que es la que interesa conocer. Para definir esa sucesión de acontecimientos aparecen en el certificado los espacios suficientes para determinar causa o “causas originarias” entendiéndose por tal las que provocaron la causa inmediata. En los ejemplos siguientes, se destacan con mayúscula las causas básicas u originarias de muerte, tanto si constituyen el único episodio coincidiendo con la causa inmediata o fueron el factor inicial de una cadena de patologías. Los “estados morbosos concomitantes” corresponden a condiciones de significación que, aunque no forman parte de la cadena o secesión causal, contribuyen al resultado fatal como embarazo, desnutrición, diabetes y otras. Una adecuada certificación de defunción requiere exactitud y precisión. No basta, por ejemplo, señalar como encefalitis, reumatismo, bocio, neumonía y otras sin precisar la etiología correspondiente de esos cuadros. En igual forma, se necesita indicar la localización de un proceso en problemas tales como tuberculosis, cáncer, aneurismas, várices, etc. Para poder registrar razonablemente el encadenamiento de patologías que llevan finalmente al deceso, en el certificado de defunción se consideran la causa inmediata, las causas originarias o básicas y los estados mor- bosos concomitantes de significación. Se entiende por “causa inmediata” la condición, complicación o enfermedad terminal que produjo directamen- te la muerte. No quiere decir la forma de muerte (paro respiratorio, falla cardíaca, coma, etc.) puesto que ello es equivalente a señalar que la muerte se produjo y no proporciona información útil. La causa inmediata puede ser la única anotación si la causa de muerte fue única o bien si no existieron o se desconocen antecedentes patológicos como puede ocurrir en peritonitis, septicemia, metástasis cancerosas de origen no precisado. En estos casos, se funden en una sola las causas inmediata y originaria. Con mucha frecuencia, la muerte es la consecuencia de una cadena de eventos { Manual para el Ejercicio Profesional Médico 2020 } pág. | 190