Mamá, ¿tú me quieres? Mamá, ¿tú me quieres? TEASER | Page 43
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Noemí García de Marina
1.5 SIENTEN Y PADECEN
A esos hijos e hijas que tanto quieres, por los que serías capaz
de dar la vida, les regalas al nacer una buena cantidad de cargas
y de asuntos pendientes familiares, algunos de los cuales llevan
generaciones enterrados en la sombra del sistema.
Ni siquiera tienen que esperar a nacer para hacerse con estas
herencias envenenadas. Desde su gestación, van a recoger esas
cargas que proyectarán luego en sus vidas.
Nadie escapa a su familia de origen. Todos estamos profun-
damente vinculados a ella. Incluso a nuestros antepasados. No
importa que en estos momentos una persona haya decidido no
hablarse con alguien de su familia. El vínculo sigue.
HELLINGER Y LOS ÓRDENES DEL AMOR
Ya nos hablaba Bert Hellinger de la importancia de las Leyes
y Órdenes del amor en la familia. Crecer en una familia don-
de los roles no son respetados no es tarea fácil. Hijas que son
cuidadoras de su madre, hijos que asumen el papel de padre,
porque si no mamá se encuentra sola; hermanos que dan su
vida a cambio de que sus padres no se separen; hijos que se
exigen para estar a la altura, pero que, a pesar de sus esfuerzos,
nunca llegan a contentar a su padre: hagan lo que hagan nunca
es suficiente; o hijos que piensan: «es mejor hacerme el tonto,
y así la cosa no va conmigo».
Estas energías, cargas, secretos, dramas, mentiras, no verba-
lizados…, todo ese tesoro, a veces envenenado, de nuestros an-
cestros es lo que cohesiona nuestro sistema familiar. Y nuestros
hijos, desde su nacimiento, por derecho de pertenencia, van a
compartirlo, nos guste o no.