Mamá, ¿tú me quieres? Mamá, ¿tú me quieres? TEASER | Page 43

42 Noemí García de Marina 1.5 SIENTEN Y PADECEN A esos hijos e hijas que tanto quieres, por los que serías capaz de dar la vida, les regalas al nacer una buena cantidad de cargas y de asuntos pendientes familiares, algunos de los cuales llevan generaciones enterrados en la sombra del sistema. Ni siquiera tienen que esperar a nacer para hacerse con estas herencias envenenadas. Desde su gestación, van a recoger esas cargas que proyectarán luego en sus vidas. Nadie escapa a su familia de origen. Todos estamos profun- damente vinculados a ella. Incluso a nuestros antepasados. No importa que en estos momentos una persona haya decidido no hablarse con alguien de su familia. El vínculo sigue. HELLINGER Y LOS ÓRDENES DEL AMOR Ya nos hablaba Bert Hellinger de la importancia de las Leyes y Órdenes del amor en la familia. Crecer en una familia don- de los roles no son respetados no es tarea fácil. Hijas que son cuidadoras de su madre, hijos que asumen el papel de padre, porque si no mamá se encuentra sola; hermanos que dan su vida a cambio de que sus padres no se separen; hijos que se exigen para estar a la altura, pero que, a pesar de sus esfuerzos, nunca llegan a contentar a su padre: hagan lo que hagan nunca es suficiente; o hijos que piensan: «es mejor hacerme el tonto, y así la cosa no va conmigo». Estas energías, cargas, secretos, dramas, mentiras, no verba- lizados…, todo ese tesoro, a veces envenenado, de nuestros an- cestros es lo que cohesiona nuestro sistema familiar. Y nuestros hijos, desde su nacimiento, por derecho de pertenencia, van a compartirlo, nos guste o no.