Mamá, ¿tú me quieres? Mamá, ¿tú me quieres? TEASER | Page 39

38 Noemí García de Marina En la ilustración, el niño proyecta, aparte de su sombra, la sombra de sus padres. Pueden ser proyecciones que no han sido resueltas o que están latentes en el momento en que se viven en esa familia; todo se proyecta sobre el niño. LA FAMILIA, ESCUELA DE APRENDIZAJE EMOCIONAL La familia es la primera escuela de aprendizaje emocional de tus hijos. En casa es donde tus hijos aprenden a vivir. Tienes una gran responsabilidad porque crecen siguiendo modelos idénticos o muy similares a los tuyos. Los adultos los acompa- ñamos en su proceso de crecimiento. A lo largo de su infancia y adolescencia, tenemos la gran oportunidad de construir unos pilares saludables que los sostengan cuando sean adultos. Desa- rrollar su capacidad de empatía con las personas que los rodean, que aprendan a salir fortalecidos de experiencias traumáticas, fomentar estrategias de resolución de conflictos en el entorno escolar, entre otras, son herramientas indispensables para seguir adelante. PONER PALABRAS A LAS EMOCIONES De muy pequeñitos, una de las estrategias que se inicia de un modo innato y que arranca como consecuencia del vínculo que se mantiene en los primeros años de vida es poner palabras a sus estados emocionales. Piensa por ejemplo en un niño de uno o dos años que sale llorando del jardín de infancia y tú reaccionas diciendo: «Lloras porque estás cansado» o «Lloras porque tienes hambre». No tiene suficiente vocabulario para explicarte lo que le pasa.