Mamá, ¿tú me quieres? Mamá, ¿tú me quieres? TEASER | Page 39
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Noemí García de Marina
En la ilustración, el niño proyecta, aparte de su sombra, la
sombra de sus padres. Pueden ser proyecciones que no han sido
resueltas o que están latentes en el momento en que se viven en
esa familia; todo se proyecta sobre el niño.
LA FAMILIA, ESCUELA DE APRENDIZAJE EMOCIONAL
La familia es la primera escuela de aprendizaje emocional de
tus hijos. En casa es donde tus hijos aprenden a vivir. Tienes
una gran responsabilidad porque crecen siguiendo modelos
idénticos o muy similares a los tuyos. Los adultos los acompa-
ñamos en su proceso de crecimiento. A lo largo de su infancia
y adolescencia, tenemos la gran oportunidad de construir unos
pilares saludables que los sostengan cuando sean adultos. Desa-
rrollar su capacidad de empatía con las personas que los rodean,
que aprendan a salir fortalecidos de experiencias traumáticas,
fomentar estrategias de resolución de conflictos en el entorno
escolar, entre otras, son herramientas indispensables para seguir
adelante.
PONER PALABRAS A LAS EMOCIONES
De muy pequeñitos, una de las estrategias que se inicia de
un modo innato y que arranca como consecuencia del vínculo
que se mantiene en los primeros años de vida es poner palabras
a sus estados emocionales.
Piensa por ejemplo en un niño de uno o dos años que sale
llorando del jardín de infancia y tú reaccionas diciendo: «Lloras
porque estás cansado» o «Lloras porque tienes hambre». No
tiene suficiente vocabulario para explicarte lo que le pasa.