Mamá, ¿tú me quieres? Mamá, ¿tú me quieres? TEASER | Page 30
Mamá, ¿tú me quieres?
1.1 DIARIO DE MAMÁ
Siempre sentí que estaba de más y siempre fui consciente
de lo inconveniente que había sido mi llegada. Me enteré a los
diez años, cuando hice cálculos y vi que, desde la fecha de la
boda de mis padres hasta mi nacimiento, habían transcurrido
cinco meses y medio. Y yo había nacido con 3400 kg; o sea,
que no era prematura.
Yo era la culpable de que mamá tuviera que aguantar el
mal humor permanente de papá, sus salidas de tono, sus
reproches, sus menosprecios. Quizás, si mamá no se hubiera
quedado embarazada de mí, o sea, si yo no me hubiera me-
tido por medio, ella habría sido libre de dejar aquel novio y
encontrar un hombre que la tratara mejor.
Crecí sintiéndome culpable, y eso no se me iba fácilmente
de la cabeza.
Hasta que realicé mi trabajo personal con mi niña interior
herida no fui capaz de comprender que todo se había dado
de manera perfecta y que yo estaba allí de pleno derecho.
Y lo que son las cosas, la llegada por sorpresa de mi hija
Marina también nos obligó a mover ficha. Nos empujó a
buscar rápidamente un piso, yo tuve que dejar en pausa mis
estudios de doctorado, que después retomé. Y la vida en
general nos dio un vuelco.
No he podido mentirle a mi hija y decirle que la estábamos
esperando, que era una hija deseada desde hacía tiempo. No
es cierto. Pero lo que sí es cierto es que, desde que supimos de
su existencia, empezamos a quererla y a esperarla con amor.
Nos removió la vida, vale, pero valió la pena. Siempre le
he contado que la vida es cambio y maravilla. Y maravilla
significa sorpresa y admiración. Y eso es lo que nos sucedió
cuando supimos que Marina venía de camino.
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