Arte
media naranja
pide siempre otras opiniones. Puede que
el artista no se sienta cómodo o no esté
preparado para darle el toque propio a tu
tatuaje.
Tu estilo
Cuando todo esté listo, pide al tatuador
que te enseñe sus trabajos o bocetos.
En este punto –y teniendo claro el estilo
de tu tatuaje-, tienes que estar atenta a
si usa colores o escala de grises; si usa
colores vivos, si su estilo es realista o
fantasioso; el grosor de sus líneas, los
fondos de tatuaje, la definición del dibujo… todo esto te dará pistas de cómo
puede quedar finalmente tu tatuaje.
También es muy importante que tu
personalidad encaje con la del tatuador.
Al fin y al cabo –y por ser ciertamente
adictivos los tatuajes- es una persona
con la que vas a pasar varias horas y que
va a causarte molestias con las agujas.
Por eso, un tatuador con el que te lleves
bien y tenga buena conversación es una
ventaja; ya que hará que estés más tranquila a la hora de notar esas molestias
y a la hora de comentarle cambios en el
diseño, dolores posturales o motivos por
los que deseas tatuarte.
Es muy importante que
el estilo que domine el
profesional se adecúe
a lo que buscas, ya
que será más capaz
de encontrar tu
tatuaje perfecto
Fíjate bien en lo dispuesto que
esté el artista a hablar contigo y
a interiorizar tu idea, valora sus
sugerencias como profesional…
pero no caigas en la trampa.
Hay muchos tatuadores que no
se ven capaces de realizar ciertos trabajos, por lo que evitan
hacerlo alegando que es poco
recomendable. En esos casos,
Con todo esto, ya estás lista para elegir
el artista que mejor se adapte a ti, ya
que el tatuaje es una experiencia única
que merece la pena disfrutar. El tatuador debe meterse dentro de tu alma
para saber reflejarla en tu piel. Lo más
importante es que te sientas cómoda,
que te relajes y que pienses en que por
fin tendrás ese tatuaje que llevaba tanto
tiempo rondándote por la cabeza.
¡Feliz tinta!