Mujeres lesbianas
y mundo rural
Por Conchi Unanue Cuesta
A día de hoy las mujeres rurales han podido alcanzar ciertos logros en lo que respecta a
representación pública, participación asociativa y política, ingreso en lo laboral como empleadas y como empresarias-empleadoras, como dinamizadoras de un contexto envejecido
y masculinizado. Pero a pesar de todos los pasos dados, el mundo rural aún conserva muy
marcadas líneas patriarcales y de gran sesgo machista. Es un contexto en el que todavía
la figura de las mujeres en gran medida sigue ligada al padre y posteriormente al marido,
como es lo esperable y deseable en toda mujer. Pero ¿qué sucede cuando las mujeres del
mundo rural no cumplen esa norma?, ¿qué sucede cuando en un contexto en el que el
núcleo básico es la familia, aparecen nuevas formas de familia?
Si la figura de la mujer es un tema
“periférico” dentro del mundo rural, si
pretendemos hablar de la sexualidad
de la mujer y más en concreto de la
sexualidad de aquellas mujeres que
en gran medida dinamitan el sistema
de control social patriarcal, heteronormativo y binario, nos encontramos
con un mutismo y una invisibilización
tremenda.
Invisibilidad
Uno de los “talones de Aquiles” de
las mujeres lesbianas es precisamente la visibilidad o más en concreto lo contrario (ser invisibles). Si
en el pasado de alguna forma pudo
beneficiar ocultar sus relaciones de
pareja, ahora pasa factura su poca
presencia cotidiana, porque lo que
no se ve, no existe, y lo que no existe
no puede exigir derechos y respeto.
No podemos olvidar que el mundo
rural conserva gran parte de su
poder y control justamente en la
cantidad de sus habitantes, lo que
genera que más o menos tod@s se
24
MagLes #14 | mayo / junio 2014
conozcan directa o indirectamente
y con ello se pondría en marcha la
“maquinaria de control social”, que
hace cumplir de alguna manera uno
de los refranes sobre el mundo rural
“pueblo pequeño: infierno grande”, y
sobre todo infierno para quienes de
alguna manera se escapan de las
normas.
estar seguras y así poder ser ellas
mismas.
¿Hay que salir del pueblo?
Si ya “bajamos a tierra firme” a la
realidad de las mujeres, la práctica
totalidad de las mujeres con las
que hablé, tienen la seguridad de
que para ser ellas realmente y vivir
plenamente su vida deben salir de
sus pueblos y/o aldeas, deben irse a
sitios donde sean desconocidas y ese
anonimato proporcione ventajas que
no tienen a diario.
Si lo que están tratando las administraciones de todo tipo es fijar población en el mundo rural, promover el
relevo generacional, promover nuevos
yacimientos de empleo, tenemos
que ser conscientes de que hay una
parte de la población que emigra de
manera forzada, podríamos denominar “emigrantes por opción sexual”,
personas que podrían desarrollar su
vida en el mundo rural, tener hijos/as
si así lo deciden y aportar riqueza y
diversidad a un mundo que con su
“cerrazón” está fabricando su propio
fin.
Afirman que para quedar con otras
lesbianas, socializarse, divertirse y
ligar, deben ir a ciudades, donde el
pasar desapercibidas les proporciona
la tranquilidad, el espacio, el anonimato e intimidad que necesitan para
Mi reflexión iría en la línea de que si
hay ciudadanas que se ven obligadas a emigrar para poder ser ellas
mismas e intentar ser felices, algo
no funciona en esta sociedad, algo
debemos cambiar.
Si una parte de la sociedad es
obligada a vivir su vida en lo privado,