de lesbiana sanguinaria y perversa que asesinaba a menores, y a
pesar de que el ADN encontrado
en la colilla que apareció al lado
del cuerpo de Rocío Wannikhof,
coincidía con el encontrado en las
uñas de una segunda víctima y que
era claramente de un hombre. El
juicio mediático seguía sin cesar,
un juicio que lejos de buscar a la
persona culpable de los asesinatos,
buscaba el juicio de una mujer y
de un estilo de vida que “atenta”
contra lo heteronormativo y lo
patriarcal.
Debemos demoler toda
una serie de creaciones
ficticias que en torno a las
lesbianas se han construido
en un intento absurdo de
etiquetar lo que se escapa
de lo binario, y que no
corresponde con algo real
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MagLes #14 | mayo / junio 2014
A pesar de todo, cada vez más
debemos luchar por adueñarnos de
nuestro espacio y nuestro cuerpo
como cualquier mujer pero además
readueñarnos de nuestras identidades, para demoler toda una serie
de creaciones ficticias que en torno
a las lesbianas se han construido
en un intento absurdo de etiquetar
lo que se escapa de lo binario, y
que no corresponde con algo real.
Puesto que la única realidad que
refleja es la de un caduco sistema
patriarcal que se basa en la exclusión de las mujeres de los puestos
de decisión en una desigualdad
milimétricamente planeada y en
un control social por parte de los
hombres, como padres y maridos.
Pero…¿qué sucede cuando no
existe marido? que se limita y frena
la extensión de los tentáculos del
pulpo patriarcal. Por eso es urgente
la desposesión de sus propias
identidades de las lesbianas.