Sociedad
de familias y por tanto a miles de
ciudadanos/as.
Otro de los ejemplos más gráficos
y claros sería la exclusión dentro de
la sanidad pública de los tratamientos de reproducción asistida a las
mujeres lesbianas. Medida discriminatoria y controladora de las más
claras y despreciables, puesto que
pretenden imponer su modelo de
familia heterosexual, como el único
modelo válido y digno de respeto y
derechos.
Del mismo modo dentro de los
programas que desde el Ministerio
de Sanidad se financian para colectivos especialmente vulnerables
frente a las enfermedades de transmisión sexual, entre las que estaría
el virus del papiloma humano, no
hay ninguna línea específica para
mujeres que tienen sexo con mujeres, como puede deducirse de las
afirmaciones de los y las representantes de los Colegios Médicos,
desde donde se asegura que no
hay una preparación específica y
que se limita en general a cursos
de 20h de prevención del SIDA.
Podríamos seguir y seguir “tirando
del hilo” hasta deshacer la madeja.
Una madeja enmarañada por la
intencionada invisibilidad, y “el secuestro” de la propia condición de
mujeres lesbianas, para controlar
los estereotipos que se le muestran a la sociedad a través de los
diferentes medios de comunicación.
Como por ejemplo el caso del asesinato de Rocío Wannikhof, caso en
el que se construyó un estereotipo
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MagLes #14 | mayo / junio 2014