MagLes Revista Lésbica MagLes 13 | ¡Sí Quiero! | Marzo/Abril 2014 | Page 43
Bodas
tro y comenzaron a vivir juntas
en Calo, donde Elisa permaneció
dando clases, mientras Marcela
se marchaba destinada a Dumbría, localidad cercana, instalándose en la casa de la escuela,
allá por 1889, a pesar de la distancia, Elisa cada noche recorría
los 12 kilómetros que separaban
ambas localidades, para dormir
con su amada.
Esta convivencia fue respetada por los vecinos, tal vez por
desconocimiento de la realidad
entre ambas, o tal vez por una
comprensión y respeto poco acordes con el espíritu represor de la
época hacia la homosexualidad.
lar, tras pasar 13 días en prisión.
Las amadas continuaron viviendo
en Oporto. La historia quedó
disuelta en el recuerdo, pero el
Día de Reyes de 1902 ocurrió
algo inesperado: Marcela tuvo
una niña.
Cuando la noticia y el
engaño salieron a la
luz, la prensa nacional e internacional se
hicieron eco con titulares como:”Novios
de contrabando”,
“Asunto ruidoso
“o” Un matrimonio
sin hombre”.
Elisa se marchó a Coruña en lo
que a la familia de Marcela quiso
ver el final de la incómoda relación de su hija, pero fue el tiempo
necesario para llevar a cabo el
plan de ambas mujeres, la trans- La prensa estaba tras las chicas
formación de Elisa en Mario.
coruñesas, pero también las autoridades. Las amadas se escaElisa se cortó el pelo, empezó
paron a Oporto. Pensaron que en
a usar trajes de chaqueta y a
otro país estarían a salvo. Pero
fumar, también se buscó una
la vida les dio un guantazo de los
personalidad y un pasado toman- grandes: las arrestaron. Al día
do como referencia a un supues- siguiente, todo Oporto conocía la
to primo suyo fallecido en un
historia de la boda de dos mujenaufragio. El 26 de mayo de 1901 res ante Dios. Entre tanto, Mario
pasó por la pila bautismal y reci- juraba que era hombre. Sólo
bió la primera comunión. Quedó
quería justificar todo el embrollo.
lista para pasar por el altar.
Pero dos médicos la reconocieron
La boda se celebró el sábado 8
y concluyeron que su sexo era
de junio de 1901 a las siete de
femenino. La obligaron a vestirse
la mañana, en la iglesia de San
de mujer. Acababan tres meses
Jorge, además Marcela y Mario
de travestismo.
tuvieron su noche de bodas. La
pensión Corcubión, en la céntrica El pueblo portugués se volcó con
calle de San Andrés, fue el esce- Elisa y Marcela. El juez las dejó
nario de su pasión.
en libertad, por la presión popu-
Tras las nuevas presiones por el
nacimiento de la criatura, decidieron partir a Buenos Aires, como
miles de gallegos, en 1902, para
ver si las dejaban en paz. Trabajaron un tiempo como criadas,
pero no podían verse todo lo que
deseaban. Había que hacer algo:
Elisa se casó con un anciano al
que no le quedaban muchos años
de vida. La idea era no trabajar
para poder estar más tiempo con
Marcela y volver con ella cuando
enviudara del viejo. Pero éste se
enteró de todo. Y montó en cólera.
Y las denunció. La prensa bonaerense apenas se ocupó del caso,
quién sabe por qué.
La pista de las enamoradas
invencibles y libertarias se perdió
de repente. No se sabe si fueron felices o se pasaron la vida
huyendo, pero a mí me gusta
pensar que finalmente fueron
libres y felices.
Elisa en el interior del Aljube, negándose a
ser fotografiada. © El Suceso Ilustrado
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