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Carta a una adolescente

Querida adolescente, te escribo esta carta solo para que sepas que te entiendo, que sé lo que significa estar allí sentada en medio de tanta indecisión y de lo mucho que te sientes incomprendida. Sé que tu cuerpo está cambiando y que muchas veces lo comparas con el de otras chicas, pero tranquila, que ellas también están haciendo lo mismo y seguramente tú entras en su lista de comparaciones y de críticas.

Estas líneas no están llenas de consejos ni de tips para vivir la vida, son solo palabras impregnadas de empatía de una mujer que alguna vez fue una rebelde adolescente y que ahora, en el presente, vivo con una jovencita que me proyecta en todo momento y me obliga a hacer esta mirada retrospectiva.

Tal vez las cosas en casa no estén resultando ser nada fáciles, tus padres pueden estar muy confundidos y hasta distraídos y no se estén percatando de tus múltiples cambios, sobre todo de esos cambios internos que te viven afectando, lo más seguro es que estén tan aterrados como tú y que aún no le hayan hecho el duelo a la niña que dejaste de ser y no terminan de aceptar la transición que te está ocurriendo.

Sé que necesitas mucho afecto y a veces haces cosas incorrectas para llamar la atención, sé que tus amigas están pasando por lo mismo y juntas han llegado a la conclusión de que el enemigo está en casa, por lo que creen que el “verdadero amor” lo encontrarán afuera, justo con aquellos que padecen lo mismo que tú estás padeciendo.

Sé que es la época de cometer errores y de no sentir remordimiento por nada o que tus decisiones no afectarán tu futuro, lo más probable es que los adultos de tu vida resalten mucho la palabra culpa y aún nadie te haya conversado sobre la responsabilidad y de cómo esa palabra te pertenece. Seguro nadie te ha hecho saber lo importante que es tener en cuenta que todo lo que estás haciendo en este momento repercutirá en algún punto de tu vida, y es allí cuando tendrás que devolver la mirada hacia tu adolescencia.

Probablemente la inseguridad es una visitadora diaria, una constante parlanchina que te habla en todo momento, ella te hace creer que lo estás haciendo mal o que algo en ti no está bien, pero es normal este sentir mi querida adolescente, estás atravesando la primera gran crisis de la vida y es normal que te sientas insegura, indecisa, incomprendida.

Quiero que entiendas que esas chicas que tienen tu misma edad, o un poco menos o un poco más, están pasando por lo mismo que tú, puede que desde tu perspectiva las veas muy seguras y decididas, pero créeme, ellas también tienen miedo de que nadie las acepte y el espejo no necesariamente les está devolviendo esa imagen grandiosa que muestran ante el mundo y con la que tú sueles compararte en todo momento.

Tal vez te esté pasando que no quieras darle tanta importancia al cuerpo como las otras sí lo están haciendo, y puede que estés más enfocada en tus estudios, los libros, los viajes, la ciencia o el arte, y aún así, te sigues sintiendo como un bicho raro que no encaja en este mundo adolescente. Quizás te sientes más madura que el resto y exhibir tus nuevas curvas no sea tu prioridad, pero te sigue perturbando la mirada de quien no piensa igual que tú y se cree con la potestad de catalogar a la belleza.

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EDITORIAL